Tensión entre China y EU por despliegues navales mutuos

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China y Estados Unidos se encuentran en alerta roja, luego de efectuar movilizaciones navales en torno a los islotes Paracel en el Mar de China y cuya soberanía es disputada por Beijing y otros cinco países. Washington envió a principios de julio al destructor USS Stethem a patrullar la zona en disputa como parte de un operativo de seguridad naval, pero el gobierno chino consideró la acción como una «seria provocación política y militar».

Estados Unidos acusa a China de aumentar su poderío militar en la zona y como una manera de contrarrestar su expansionismo marítimo, puso en vigor un operativo denominado «operación libertad de navegación» con el que busca garantizar el libre tránsito de barcos por unas aguas claves para el tráfico marítimo mundial y cuya soberanía se disputan hasta seis países, incluidos Taiwán, Japón, Malasia y Filipinas. Estas acciones suponen un desafío a las reclamaciones territoriales de China, que controla de facto la mayor parte del territorio y ha edificado en los últimos años islotes artificiales a los que ha dotado de equipamiento militar, una política expansionista de hechos consumados ampliamente criticada por sus vecinos y por Washington.

Estados Unidos acusa a China de construir en los últimos meses nuevas instalaciones militares en la isla Tritón, incluyendo un nuevo helipuerto. También reveló que la marina china edificó almacenes para misiles e instalaciones para comunicación y radares en las islas Spratly CrossMischief y Subi.

Según el comandante para las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, Harry Harris, «estas islas falsas no deben ser creídas por personas reales», en referencia a la construcción y armamento de estos territorios. «Creo que los chinos están aumentando su poder de combate y su ventaja posicional en un intento por afirmar la soberanía de facto sobre estos terrenos y espacios marítimos disputados».

En mayo pasado, el destructor USS Dewey navegó cerca del coral Mischief, que forma parte de la cadena de islas Spratly, la acción tuvo lugar poco después de que los presidentes de ambos países conversaran por teléfono en una llamada previamente programada.

El nuevo incidente provocado por el destructor USS Stethem ha venido a tensar aún más las relaciones entre ambas potencias y ha ocasionado una serie de contramedidas para incomodarse mutuamente. Por ejemplo, en respuesta a la construcción de arsenales insulares de China, Trump autorizó la venta de armamento a Taiwán por valor de 1.400 millones de dólares. Esta decisión ocasionó fuertes protestas por parte de Pekín, que considera a esta isla una parte indivisible de su territorio.

 

 

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