La opción de la RPD de Corea

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Cada país o nación tiene su manera para el desarrollo y la prosperidad. En la arena internacional las potencias más desarrolladas en lo militar y económico intentan ejercer su influencia sobre otros, mientras países pequeños y débiles, en mayor caso, están dependiendo de los grandes tanto para defender su territorio como para desarrollar su economía, o actúan, mejor dicho, mirando el humor de ellos sin tener un firme criterio propio e independiente.

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Por contraste, la República Popular Democrática de Corea ha venido manteniendo invariablemente la independencia. En otro tiempo, Corea tenía que sufrir desprecios y martirios como víctima de las pugnas de las potencias. Por esta razón, estaban muy arraigados en la población el servilismo a las grandes potencias y dependencia de las fuerzas exteriores. Había muchas personas absurdas que creían que fuera imposible alcanzar la independencia del país arrebatado por el imperialismo japonés sin la ayuda de las potencias y que si se lograra el triunfo de una revolución en un país se pudiera alcanzar espontáneamente la independencia de Corea.

En aquel entonces, el Presidente Kim Il Sung (1912-1994) presentó la original línea revolucionaria de derrotar al imperio nipón apoyándose en las propias fuerzas de su pueblo y con el fusil en la mano, condujo a la victoria la Guerra Antijaponesa y alcanzó la
emancipación del país.

A partir de ese día, la independencia devino la invariable guía para la revolución coreana.

Después de la liberación, la RPD de Corea se ha convertido en el país del pueblo, inaudito en su historia, y en Estado socialista centrado en las masas populares. Y no ha dado ni un paso atrás en el camino de la independencia para fortalecerlo y desarrollarlo.

Si hubiera abandonado el camino de la independencia y optado por el camino de la dependencia con una fantasía del supuesto “desarrollo” y la “prosperidad” de otros, no habría evitar el destino de los países que sufrieron el desmoronamiento del socialismo a
finales del siglo pasado.

Lo aprovecharon las fuerzas aliadas imperialistas para concentrar la ofensiva antisocialista contra la RPD de Corea, pero esta enarboló más alto la bandera de la independencia. Gracias a la original política del Songun puesta en práctica por Kim Jong Il (1942-2011), Presidente del Comité de Defensa Nacional, este país asiático defendió al socialismo y acogió la nueva era de la construcción de la potencia socialista.

Hoy en día, bajo la orientación de Kim Jong Un, Presidente del Comité de Estado, la Corea socialista avanza como de siempre por el camino de la independencia, iniciado por Kim Il Sung y acicalado por Kim Jong Il, consolidando más la posición del país como potencia político-ideológica y militar, y se esfuerza con elevada confianza en la victoria para construir una potencia económica.

Aunque la RPD de Corea es un país no grande tanto en su extensión territorial como en el número de la población, hace gala de su poderío como potencia de la independencia. Todo esto es inconcebible sin la dirección de Kim Jong Un, fiel sucesor de la
causa de verificar la independencia de los predecesores.

Foto portada: https://www.freepng.es/png-fcpk1v/

 

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