RPDC, la potencia nuclear independiente

1804

El 9 de septiembre de 1948 se fundó la República Popular Democrática de Corea (RPD
de Corea) y hoy es la potencia nuclear independiente. Ahora bien, ¿cómo la RPD de Corea, país no grande, pudo poseer la bomba atómica y hasta la de hidrógeno, llegando a figurarse entre las 6 potencias nucleares del mundo?

Como es conocido por la sociedad internacional, Estados Unidos de América
constantemente ha amenazado con armas nucleares a la RPD de Corea. Durante la guerra
coreana efectuada al comienzo de la década de 1950 aplicó el chantaje atómico a la RPD de
Corea y posteriormente, en la postguerra, en el Sur de Corea introdujo más de 1 000 armas nucleares estratégicas de varios tipos y realizó continuamente simulacros de guerra nuclear contra ella, lo que era una intimidación inaudita. Además, agrupando a sus seguidores, le aplicó sanciones económicas de toda índole y armó el alboroto de los “derechos humanos” y en una intentona de impedir su construcción de la potencia económica y fomento del bienestar del pueblo, recurrió a todos los medios y métodos.

En efecto, en el tiempo posterior a la aparición del término “hostilidad”, no hubo
hostilidad tan intensa, persistente y cruel como la del imperio contra la RPD de Corea.
El primero le aplicó a la segunda el aislamiento político, el bloqueo económico y la
presión militar sin precedentes e incluso trató de bautizarla con la bomba atómica,
pretextando la diferencia de la ideología y el régimen y la inobediencia a su ambición
agresiva.

En esto, ¿qué fue la opción de la RPD de Corea?

Un país, cuando se ve amenazado con aplicar armas nucleares por parte del otro, para
defender a sí mismo, no tiene otra alternativa que poseer su propia capacidad de disuasión
nuclear. Para un país la única medida para defender su derecho a la existencia, paz y
seguridad del atentado con armas nucleares de otros países, es precisamente la tenencia de la bomba atómica.

La pasada guerra coreana, con la conclusión del acuerdo de armisticio, cesó
temporalmente y en realidad, también ahora la RPD de Corea está en estado de guerra contra Norteamérica. Por eso, para aquella es demasiado natural que frente a la amenaza de agresión del imperio, país poseedor de mayor cantidad de bombas atómicas del mundo,
tenga la poderosa capacidad disuasiva nuclear y esto constituye una justa contramedida
autodefensiva irreprochable por nadie.

Pero, no es fácil poseer las armas nucleares aunque se lo quiere mucho.
Lo que admira a la sociedad internacional es el fuerte espíritu de independencia de la
RPD de Corea que no se doblega ante la injusticia y el despotismo de las potencias.
Retrospectivamente, la fabricación de la primera bomba atómica por los imperialistas y
la aparición de Estados Unidos como el imperio nuclear fueron un gran infortunio para la
humanidad.

En julio de 1945 cuando Norteamérica logró éxito en la prueba nuclear, su presidente

Truman dijo: “De aquí en adelante el mundo se pone bajo los pies de Estados Unidos.”
Desde entonces el imperio, valiéndose de las bombas atómicas, intimidó a los países, las
naciones, que consideraba como impedimento de la realización de su estrategia de dominio
del mundo y se entregó a la coacción y la arbitrariedad.

No solo fueron los imperialistas que tuvieron el ideal de que la posesión de la bomba
atómica es precisamente el dominio del mundo. Incluso las potencias supuestamente
aspirantes al progreso y el socialismo no gustaron del autofortalecimiento de otros países,
quisieron que obedeciendo a su batuta disfrutaran de la “estabilidad” y la “paz” e
intervinieron en sus asuntos internos.

En 1968 se concertó el Tratado de No Proliferación Nuclear que reconoce solo a los
países específicamente definidos como países nucleares e impide que los demás tengan
armas nucleares. No era nada más que una sanción estipulada por la ley internacional de
dominio de los países nucleares.

Que obedezca o muera, esta es la ética política que reclaman Estados Unidos y otras
potencias y el modo de existir impuesto a los países débiles.

Hay países que vencidos ante la presión de las potencias nucleares, renunciaron a sus
armas nucleares hechas. pero la RPD de Corea, ante la amenaza y el chantaje de las potencias, no concedió ni les obedeció mansamente. Con elevada y plena conciencia de independencia y consecuente convicción y coraje, dice lo que quiere en las arenas internacionales y digan lo que digan otros, hace lo que quiere.

Con la misma convicción y coraje, a la abierta intimidación de la anticipada nuclear de Norteamérica, respondió con la posesión de la bomba atómica y ante la agravación de la
misma, continuamente fortaleció en lo cuantitativo y cualitativo su capacidad de disuasión
nuclear. Para frenarlo, Estados Unidos y otras potencias nucleares confabuladas con aquel y
los países que consideran que sin agradarlas no pueden vivir, se movilizaron en las
“sanciones” y el “bloqueo”, pero esto no rindió ningún efecto.

En enero pasado la RPD de Corea realizó la prueba de la bomba de hidrógeno, lo cual
fue, en efecto, un gran suceso de trascendencia mundial. La bomba de hidrógeno de la RPD de Corea invalidó la supremacía de la bomba atómica de las potencias que pretenden el dominio del mundo y puso fin a la historia de las armas nucleares llena de injusticias.

Desmanteló el inicuo y desigual orden internacional por el que durante largo tiempo los pequeños países se vieron oprimidos por el despotismo de las potencias y sufrieron la esclavitud, la servidumbre, el desastre y el sacrificio y abrió un nuevo camino para crear un mundo nuevo, equitativo y justiciero.

Por eso, la sociedad internacional apoya de corazón la posesión de la bomba atómica de
la RPD de Corea. Posteriormente a la prueba de la bomba de hidrógeno, los delegados de los países en vías de desarrollo acreditados en la ONU dijeron: “Complaceríamos que la RPD de Corea sea miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y represente nuestra posición”.

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