Theresa May sella gobierno con unionistas del norte de Irlanda

1487

La primer ministro británica, Theresa May selló un pacto con el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, que le permitirá afianzar el apoyo minoritario para gobernar Reino Unido. La suma es apenas una de las prebendas que los ultraconservadores irlandeses comenzarán a recibir por dar su apoyo a May, tras el descalabro que sufrió en las pasadas elecciones parlamentarias, donde se quedó a un centímetro de la renuncia ante la falta de votos suficientes de sus propios correligionarios del Partido Conservador para liderar con mayoría absoluta.

No siempre funciona el refrán que dice que el “enemigo de mi enemigo es mi amigo”, pues con esta alianza, May en realidad no garantiza que gobernará con comodidad, por el contrario, ahora está sujeta a los designios de los unionistas que podrían caprichosamente condicionarle su participación, por lo que su situación en realidad es más complicada de lo que parece.

La líder del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, Arlene Foster, recibió con agrado el primer regalo de May para iniciar un gobierno en bloque: “Saludamos este apoyo financiero de 1.000 millones de libras [unos 1.300 millones de euros] en los dos próximos años”.

Sin embargo, no todo es miel en hojuelas para May, pues los unionistas protestantes aún tienen que llegar a un acuerdo con la parte católica de Irlanda: el Sinn Féin, para formar un gobierno de coalición, en caso contrario, podría suspender la administración norirlandesa y gestionar los asuntos de la provincia directamente desde Londres, algo a lo que los unionistas se oponen. Tanto estos como los representantes del Sinn Fein no han logrado llegar a una posición común. Algunos de los temas que los enfrentan es que los primeros se oponen al matrimonio homosexual, al aborto, y niegan el cambio climático.

Y por supuesto hay otro problema más: aunque el DUP apoyó el referéndum del Brexit, busca que la frontera con Irlanda, que es la única línea terrestre entre el Reino Unido y la UE, permanezca abierta para no dañar a la economía local, la cual se ha enfocado mucho hacia la perspectiva europea. A Londres, por supuesto, no le gusta esta opción.

DEJA UNA RESPUESTA