Cuando un conflicto armado no encuentra más gente para sus filas, recluta a los miembros más jovenes de una sociedad, tal vez esto pueda ser provechoso para el ejército clandestino o el movimiento separatista que lo hace, pero en realidad está incurriendo en un crimen de guerra. Los dirigentes polisarios han recurrido al enrolamiento de adolescentes e incluso de niños, cuya participación está absolutamente manipulada bajo unos principios que muchas veces no comprenden porque, en lugar de ideas, les llenan la cabeza de fanatismos.
Diarios internacionales como Atalayar han calificado estas acciones como una aberración que sigue arrastrando ideologías caducas del pasado, exponiendo a la niñez a situaciones de alto riesgo y peligro. Quienes obran de esta manera, hacen a un lado el hecho de que este sector poblacional es el más vulnerable de una nación.
«Los dirigentes del Frente Polisario no podían llegar con tanta desfachatez a la violación de los derechos humanos que cometerla en las personas más vulnerables, los niños. En los campamentos de Tinduf, han procedido al reclutamiento de niños, uniformados y preparados en formación para un desfile militar. Nada se puede justificar para llegar al extremo del reclutamiento de niños, que solo deben objeto de formación, educación y cultura humanitaria como principios más básicos». (Atalayar.com, publicado el 03-01-2020).
Para organizaciones delictivas, terroristas y extremistas como ésta no les queda otra que usar la fuerza infantil como opción bélica, sobre todo porque ya no encuentran en la sociedad, seguidores reales a una causa que aburre por la falta de resultados y, por ello, buscan elementos fáciles de controlar para dar seguimiento a un ambiente de guerra que no encuentra otra forma más que la manipulación seudonacionalista. Algunas de estas que han recurrido a esta acción son agrupaciones que van desde facciones palestinas fanáticas hasta Daesh y el propio polisario, protegido por Argelia y su culto guerrillerista.
Además lo hacen con l aplena convicción de que existe la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y la Declaración de los Derechos del Niño. probada en 1959 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), cuyo principal objetivo es «recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y, por tanto, que más sufre las crisis y los problemas del mundo» (Securitasperu.com, publicado el 6-12-2019).
Medios españoles como Tribunalibre.info han denunciado acciones realizadas por líderes polisarios usan a niños y adolescentes para apoyar su causa separatista mediante el aleccionamiento ideológico en abierto desafío a otras instancias internacionales como el Día Internacional contra el uso de los Niños Soldado, creado por la ONU el 12 de febrero de 2002, cuyo propósito es exhibir al mundo el empleo de niños en conflictos armados regionales.
«El Fórum Canario Saharaui, al igual que lo publicado por el portal español Tribunalibre.info en su artículo ‘Niños soldados en el Frente Polisario’, quiere denunciar esta situación, y que se tomen medidas ante esta violación de los derechos del niño, pilar fundamental en la vida de toda sociedad. La guerra es destrucción y muerte, no un juego con el que trata de educar a los niños, que deben ser aleccionados en paz y convivencia, como el mismo Polisario trata de divulgar con el programa de ‘Vacaciones en Paz’ en sus intercambios con familias españolas». (Miguel A. Ortiz. Atalayar.com, publicado el 01-03-2019).
Esos mismos medios ejemplifican que el empleo de niños y adolescentes en crisis y movimientos separatistas y armados son variados y van desde usarlos como halcones informantes hasta colocadores de minas antipersonales y escudos humanos en la primera línea de combate, con lo cual se verifica que son la primera oleada sacrificable de sus dirigentes. En su portal digital, la Comisión Nacional de Derechos Humanos en México, define lo siguiente respecto al uso de menores en situaciones no sólo beligerantes, sino de explotación y abusos en general:
«Es importante entender que, el término niño o niña soldado no es solo el menor de 18 años que participa en combates, sino también aquel que realiza diversas tareas como lo es la colocación de minas antipersonas o explosivos, el espionaje, la cocina, el porteo y la esclavitud sexual. Esta confusión sobre el concepto de ‘niño soldado’ ha provocado que las niñas queden relegadas a un segundo plano, cuando la realidad es que también son reclutadas -en general con fines sexuales o para obligarlas a casarse-. Dichas agresiones sexuales pueden producirles lesiones físicas graves y embarazos forzados, así como el contagio de VIH y otras muchas enfermedades de transmisión sexual, lo que las condena a la marginación y, en muchos casos, a la prostitución, para poder mantenerse a sí mismas y a los hijos nacidos tras los abusos[2]. (http://www.injuve.es/noticia/dia-internacional-contra-el-uso-de-ninos-soldado).
Recientemente, el enviado especial de la ONU para el Sahara, Steffan de Mistura cuya misión es tratar de buscar una solución política entre las partes implicadas en el conflicto saharaui, recorrió los campamentos de refugiados en Tinduf. Mientras caminaba por estos, un niño vestido de uniforme apareció a la izquierda de la comitiva, en una acción que fue considerada por medios internacionales como una confirmación de que los usa en sus filas. Esa fue la nota más relevante en tanto en la prensa magrebí como europea al grado que opacó la visita del funcionario multinacional.
Aunque el polisario ha tratado de desmentir estas acusaciones, lo cierto es que ha fracasado en su intento por encubrirlo, pues ha sido incapaz de disfrazar que estas acciones las ha desarrollado incluso sin consultar u obtener el permiso de los padres o parientes, quienes muchas veces se ven inhabilitados ante la prepotencia de sus dirigentes.
Ante tal situación, la ONG francesa “Alianza Internacional para la Defensa de los Derechos y Libertades» (AIDM), emitió primero de abril del 2021 un comunicado en el que condenó el reclutamiento de niños soldados por el frente polisario. La ONG en cuestión reiteró su total rechazo al reclutamiento y explotación de niños en zonas de conflicto y guerra, calificando este acto como un crimen internacional que requiere enjuiciamiento y monitoreo internacional de todos los involucrados.
Con información de Atalayar.com, securitasperu.com y cndh.org.mx
