Argelia y Rusia iniciaron una serie de simulacros militares que durarán del 16 al 28 de noviembre de 2022, argumentando que se trata de maniobras destinadas a detectar y combatir operaciones antiterroristas en el desierto.
Estas son las primeras acciones de este tipo efectuadas entre ambos países en el área de Hammaguir, en Bechar, en el marco de la cooperación militar bilateral. Ya anteriormente habían realizado operaciones de este tipo en octubre de 2021, pero en el campo de entrenamiento de Tarskoye en la República rusa de Osetia del Norte. En esa ocasión, participó una unidad compuesta por 100 soldados de la ANP en el ejercicio 11 VOSTOK 202211, celebrado en el Lejano Oriente de Rusia.
En septiembre pasado, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, confirmó que estos ejercicios antiterroristas entre Rusia y Argeliaque que llevan a cabo en noviembre de 2022, «no están dirigidos contra un tercer país». Sin embargo, las tácticas se realizan muy cerca de la frontera con Marruecos, en una acción que parece una abierta provocación al Reino.
En estos simulacros participan cerca de 80 militares argelinos y 80 unidades de fusileros motorizados, estacionados en el norte del Cáucaso. Durante los ejercicios, las unidades de ambos países practicarán la búsqueda, detección y eliminación de grupos terroristas en el escenario de un clima desértico cálido.
Vale destacar que estas maniobran muestran el vínculo de cooperación que existe entre Rusia y Argelia, considerado este último como el mejor aliado de Moscú en el norte de África. El 10 de noviembre, el director del Servicio Federal de Cooperación Militar y Técnica de Rusia, Dimitri Chougaev, se reunió en Argel con el jefe de Estado Mayor de la Unión Popular Nacional, en el contexto del aumento del presupuesto militar argelino ($ 23 mil millones) para el año 2023.
Moscú espera beneficarse de la venta de armas a Argelia, recursos que sin duda se utilizarán para financiar y apoyar la invasión rusa de Ucrania.
Por su parte, Argelia sigue practicando su doble moral. Por una parte asegura que se mantiene en favor de la no alineación y la neutralidad y, por otra, refuerza una alianza férrea con Moscú. A su vez, el Kremlin considera a su socio argelino como un frente extendido en su estrategia de confrontación militar contra Occidente.
Según expertos en táctica, Rusia busca afianzar este frente «para que su fuerza de ataque mantenga un alcance cercano, lo que convierte a la frontera argelino-marroquí en una línea de demarcación entre la zona de Occidente».
Asimismo, recomendaron que los países occidentales revisen sus estrategias y asociaciones con Argel, que son de doble cara, pues ya que dado que su alianza con Moscú afecta directamente los intereses occidentales en la región.