Me llamó la atención un escrito redactado por la periodista Lubna El Joud donde reaccionó a varios comentarios emitidos por una supuesta activista de derechos humanos conocida como Marianne Thiganimine, curiosamente de origen marroquí y quien ha incendiado la red con teorías condescendientes y hasta reprobatorias hacia su propio país de origen.
Lubna reportó haber visto el programa francés «C´est soir» donde la también autora de libros, nacida en Marruecos y criada en Mantes-la-jolie, dijo que «decidió» usar el velo a los 11 años tal y como lo hicieron su madre, sus hermanas y las mujeres que la rodeaban. Marianne creó también junto con su hermana un blog llamado Hijab & the city, dedicado a las mujeres que usan el velo. También lanzó OummaTV, un programa publicado en la web que tiene como objetivo abordar los principios de las mujeres musulmanas y «elegantes» en 2008.
En 2017, Thiganimine publicó un libro en el que anunció que ya no usaría más el velo porque, según ella, «se trata de simples creencias y sistemas de pensamientos que son obsoletos», tampoco perdió la ocasión para catalogar al gobierno marroquí de ser una dictadura. Esto, por supuesto, le permitió estudiar una maestría y después un doctorado en Francia, con lo cual la estaban recompensando por estas declaraciones y por abandonar una tradición formal dentro de la religión musulmana.
Lubna se expresó ante esto en un artículo publicado en su página de Facebook diciendo que la seudoactivista debería más bien pelear por los derechos de su pueblo marroquí y no dejarse de vender ante las autoridades francesas.
«En mi opinión, ella debería estar aún más orgullosa de ser de origen marroquí que francés», dijo Loubna. «Creo que la negación de la religión y los orígenes musulmanes, juzgados como obsoletos no riman con la ambición y la búsqueda desesperada del reconocimiento a una pertenencia condicionada por la asimilación identitaria, ni creo que puedan encajan en un casillero más global como el de los negocios del alma».
También destacó que Marruecos es un país que se conduce con una interculturalidad en todo su esplendor, por lo mismo, ningún marroquí que se precie de serlo podría abandonar estos valores o dejarse influir por otras cuestiones ajenas como su interlocutora lo ha hecho.
Lubna destacó también que los servicios de seguridad marroquíes son originales y no tienen que esconderse de nadie: desde un Rey ciudadano, una policía ciudadana y unos servicios de seguridad que, antes nada, pertenecen a la ciudadanía.
También reaccionó a las críticas hechas contra la selección nacional marroquí, a la que la Sra. Thiganimine dijo que no había ningún orgullo en su logro de haber llegado a una semifinal en el Mundial de Qatar 2022, pues según ella, los jugadores «son binacionales».
«A mi manera de pensar, yo no creo que los jugadores marroquíes, quien están orgullosos de lo que son, y de su religión, te devuelvan ese sentido de reproche que tú muestras por tus orígenes», puntualizó Loubna.
Foto portada Europa press