Para el ejército argelino, los políticos y los medios de comunicación, el Estado de Israel se describe como «la entidad sionista».
Los recurrentes ataques lingüísticos contra Israel identificado como una «entidad sionista», y que sería corresponsable con Marruecos de todos los males que afectan a Argelia, son en realidad la expresión de un antisemitismo rampante erigido en la doctrina del Estado, lamentablemente bien anclado en el país y que hoy sirve de forma completamente casual para denunciar los acuerdos firmados entre el Reino de Marruecos, el Estado de Israel y los Estados Unidos de América el pasado 22 de diciembre en Rabat.
El antisemitismo del régimen argelino se exacerbó al día siguiente del reconocimiento de la marroquidad del Sahara por parte de Estados Unidos, considerado como una auténtica afrenta a los fines separatistas del Polisario apoyados por la junta militar argelina, y por la reanudación de las relaciones entre Marruecos e Israel. Jugando con la manipulación de los códigos de la ideología nazi, basada en la falsedad del peligro judío como amenaza para el mundo, el primer ministro argelino, Abdelaziz Djerad, habló el 12 de diciembre de «operaciones extranjeras destinadas a desestabilizar Argelia», destacando que «Los indicadores ahora eran claros a la vista de lo que está pasando en las fronteras». En esencia, anuncia «una voluntad de atacar Argelia» con «la llegada de la entidad sionista a nuestras puertas».
Una propaganda impregnada de antisemitismo que también se incluirá en la revista que edita el ejército argelino, en la que se pide a los argelinos que se «preparen para defender su país».
Incluso a raíz de la ejecución de Djamel Bensmail el 15 de agosto, falsamente acusado de ser uno de los autores de los incendios que arrasaron en la región norteña de Cabilia, el jefe de la diplomacia argelina, Ramtane Lamamra, aprovecho de la ola antisemita basándose sobre las declaraciones de ministro israelí de Relaciones Exteriores, Yaïr Lapid, expresadas al margen de su visita oficial a Marruecos.
El ministro israelí añadió por la misma ocasión su preocupación por el papel «de Argelia en la región, su acercamiento con Irán y la campaña que está llevando a cabo contra la admisión de Israel como miembro observador de la Unión Africana».
Incluso el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, no escapó a esta ideología antisemita presidiendo una reunión extraordinaria del Alto Consejo de Seguridad «dedicada a la situación general del país tras los dolorosos acontecimientos recientes y los incesantes actos de hostilidad perpetrados por Marruecos y su aliado, la «entidad sionista, contra Argelia», con la obvia referencia a Israel.