Covid-19, un panorama calamitoso

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Dicen que las comparaciones no siempre son buenas, pero cómo nos ayudan a visualizar mejor las situaciones vivenciales. Recientemente una nota de la BBC destacaba que el Covid-19 ha causado en tres meses casi 68 mil personas muertas en Estados Unidos; cifra que superaba las muertes que tuvo durante la guerra de Vietnam en casi diez años.

Si lo vemos un poco más ampliamente, podríamos extendernos hacia las víctimas que Washington tuvo en el bombardeo japonés a Pearl Harbor, cuando se contaron 2,400 y en los avionazos del 11 de septiembre, sumaron 2,996; ambos en un sólo día. Esto demuestra que hay sucesos políticos y sociales que cobran mayor número de decesos que las propias enfermedades.

El coronavirus sin duda puede ser letal y estar causando muchos estragos a la comunidad internacional, pero al parecer se trata más de un factor que acompaña a otros de índole político-económico como ha sucedido en situaciones anteriores.

En la actualidad, este mal ha registrado casi 260 mil víctimas en el mundo. Tan sólo Estados Unidos tiene 70,970 en su haber, mientras que China, donde se dice que se originó la enfermedad, tiene 4,636.

Crisis financieras y pandemias

La aparición de estas enfermedades respiratorias parecen coincidir con las crisis financieras. En 1994, ocurrió un colapso económico en México. Se le conoció como Efecto tequila o el Error de diciembre, pues sucedió en ese mes. La Organización Mundial de la Salud, señaló en aquella ocasión que el mundo sufría una de la etapas más difíciles en lo que a factores de enfermedades se trataba: el hambre, que por primera vez fue incluida en la Clasificación Internacional de Enfermedades bajo el código Z59.5-Extrema pobreza.

El organismo internacional señaló a la pobreza como la principal causa de enfermedades mentales, suicidio, desintegración familiar y abuso de sustancias. Según sus estadísticas, este flagelo cobraba la vida de 12,2 millones de niños al año, básicamente por la indiferencia  internacional.

En 1998, surgió el Efecto Vodka, ocasionado por la devaluación del rublo y la quiebra de fondos de inversión. La crisis sucedió en momentos en que una desaceleración  económica mundial afectó al mundo, principalmente a las exportaciones de commodities (materias primas), energéticos, y otros insumos industriales como la madera y el acero; sectores que constituían más del 80% de las exportaciones rusas.

Un año después fue Brasil y su Efecto samba el que sacudió a las bolsas del mundo, cuando las tasas de interés se dispararon hasta más del 30% anual, ocasionando aumento de la deuda interna brasileña y la caída de sus reservas nacionales. En ese año, la OMS informó que la humanidad hasta ese momento había registrado un importante aumento en la esperanza de vida, la cual pasaba a 66 años en 1998, comparado con los 49 años registrados en 1955. Su prospección para el 2025 era de 73 años.

En su informe sobre la salud de ese año, el organismo alertó que esto no era realmente una buena noticia, pues no iba de la mano con un aumento en el nivel de vida y tácitamente responsabilizaba a las constantes crisis financieras que afectaban a la gente al destacar que «la diferencia entre el estado de salud de los ricos y el de los pobres es por lo menos tan grande como hace medio siglo y cada vez se agranda más». También enfatizó que la necesidad de reconocer que una mayor longevidad con una mala calidad de vida es un premio sin sentido, es decir, que la esperanza de salud llegue a ser más importante que la calidad de vida».

La era de los males respiratorios

Hasta aquí, no habíamos visto una enfermedad centrada en el aparato respiratorio sino hasta la entrada del siglo XXI. En 2002-2004, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) sólo causó 765 decesos, de los cuales China tuvo el mayor número de muertos con 348, seguido por Hong Kong con 297. En Norteamérica, Canadá reportó 38, mientras que Estados Unidos ninguno.

Del 2004 al 2006 se registró la gripe aviar, la cual ocasionó 126 personas muertas, de las cuales 64 pertenecieron a cuatro países orientales: Vietnam, Tailandia, Camboya e Indonesia. Este mal propició el sacrificio de más de 150 millones de aves de corral para contener su propagación.

En 2006, la economía de Estados Unidos comenzó tambalearse ante una nueva crisis financiera, esta vez por el colapso de bienes raíces, una burbuja inmobiliaria que explotó en octubre del año siguiente, el cual contagió al sistema financiero internacional como consecuencia de la falta de liquidez, ocasionando caídas bursátiles, inflaciones regionales y la amenaza de una crisis alimentaria global.

En la primavera del 2009 y en medio de un fuerte colapso económico, Estados Unidos fue el origen de un nuevo virus de la Influenza A (H1N1) que se propagó rápidamente por todo el país y el resto del mundo. La OMS reportó que en un año, esta enfermedad dejó 12,469 personas muertas, aunque se estima que el número superó los 575 mil en el mundo (sie esto último es cierto, significa que los gobiernos no están dando cifras reales del fenómeno y hasta podrían dispararse dramáticamente)..

En plena crisis económica, el mundo vivió en 2012 una pandemia más, esta vez originada en Arabia Saudita. Se le conoció como Síndrome Respiratorio de Oriente Medio o MERS-CoV y se trata de un coronavirus muy parecido al SARS y al que ahora nos afecta (Covid-19), pues sus síntomas son los mismos: fiebre, tos y dificultades respiratorias (en algunos casos su letalidad era tan fuerte que también ocasionaba neumonía). El periodo de morbilidad del MERS-COV se extendió del 2012 hasta el 30 de septiembre de 2019, y ocasionó 851 contagios mortales. según reportes de la OMS.

A finales de diciembre de ese mismo, se detectó el Covid-19 que en cuatro meses ha provocado la muerte de 277 mil personas en el mundo, cifra que representa la mitad de los muertos que tuvo Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, en los cinco años que participó en la contienda.

En el caso de Alemania, registra hasta el momento casi 7,500 muertes, cifra equivalente a los muertos que tuvo el ejército nazi, pero durante los dos primeros años de guerra. Italia por su parte, ha reportado casi 30 mil decesos, poco más de la mitad de los muertos que tuvo en la Batalla de Montecassino en cuatro meses de combates contra los aliados en 1944 , que fue de 55 mil muertos.

La noticia más impactante hasta el momento es la de Reino Unido, que con todo y Brexit, suma 32 mil muertos, cifra cercana a la que registró en los primeros meses de 1941 cuando los bombardeos alemanes contra Londres, dejaron un saldo de 43 mil fallecidos.

El impacto laboral

El panorama luce todavía más desolador, pues no hay indicios de que una vacuna esté lista antes del 2023. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que 1.600 millones de trabajadores informales están amenazados de «morir de hambre o morir por el virus», ante el impacto que la pandemia ha tenido en su forma de ganarse la vida.

«Para los 67 millones de trabajadores domésticos del mundo, 75% de los cuales son trabajadores informales, el desempleo representa una «amenaza tan grande como el mismo virus«, alertó la OIT. «Muchos no han podido trabajar, bien sea por solicitud de su empleador o por cumplir con las medidas de confinamiento. Aquellos que siguen trabajando enfrentan un riesgo elevado de contagio al cuidar de familias en su domicilio privado.

Según este informe de la OIT, la situación se complicará aún más debido a que estos trabajadores, carentes de toda ayuda oficial, se arriesgan a seguir trabajando manteniendo contactos directos con sus clientes; lo que aumentará el número de contagiados y decesos.

Modelos económicos caducos

Y todo esto está pasando en momentos en que el sistema financiero mundial no acierta a encontrar otro modelo económico que permita a los pobres vivir mal comidos, con una clase media dinamizada y una élite que siente que se está quedando sin control del mundo conocido, agrupado en torno a lo que se conoce como el Club Bilderberg, los llamados «dueños del mundo«.

Mientras la élite financiera concibe un nuevo modelo de desarrollo humano, las enfermedades respiratorias seguirán siendo el vehículo adecuado para obligar a la gente a agazaparse en sus hogares como si fuera un toque de queda. Asimismo, una economía de guerra se mantendrá de manera disfrazada para lograr el control de la población como se hizo en 2002, 2008, 2009 y 2013 con la presencia de malestares respiratorios que impactan de manera casi inmediata en la comunidad internacional.

Por supuesto que sí hay una gripe, es lo que se necesita, según el teoríco Daniel Estulin para encubrir el colapso financiero y hasta se pregona una pandemia alimentaria que colocaría a la humanidad en el estribo de una catástrofe agorera.

2 COMENTARIOS

  1. Muy lamentable, hasta donde hemos llegado, ….si pudiera ser un hombre que calificara a la humanidad ,…..mi juicio sería darme un tiro en la cabeza, por no saber quién es el culpable de está masacre de humanidad por no principios humanos, sin sentimientos de unidad y apoyo a sus conciudadanos Nte poniendo solo intereses y falsos desarroyos .

    • Totalmente cierto, José. Es sumamente decepcionante cómo pasan estas cosas sin que podamos organizarnos bien, ya siquiera para poder preverlas. Muchas gracias, por tu mensaje.

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