China inicia el 2023 con una puntuación baja en la credibilidad empresarial, la peor registrada en los últimos diez años. La causa principal es el aumento en los casos de Covid-19, que han impactado negativamente en su desempeño económico.
De acuerdo con una encuesta realizada por World Economics, el índice de confiabilidad empresarial del gigante asiático descendió a 51.8 a 48,1 en diciembre, una cifra que se obtuvo por las bajas ventas reportadas por más de 2.300 empresas.
El factor tiene mucho que ver con la relajación de las medidas sanitarias que desde el 7 de diciembre han sido criticada por la población china, sometida a cuarentenas constantes que no le han permitido regularizar su vida y su trabajo.
Tras haber sido la economía más floreciente, incluyendo el periodo más alarmante del coronavirus en 2020, se predice que el PIB de China sólo crecerá un 3% este año, lo cual es considerado por la firma de encuestas con sede en Londres como “su peor desempeño en casi medio siglo”.
Según sus datos, el comercio bajó su rendimiento en más de 50%, principalmente en sectores de manufactura y servicios, dos de los más dinámicos en el país oriental y que temen que disminuyan aún más debido al aumento en el contagio de Covid. En un intento por evitar un desplome aún más difícil, el gobierno chino aligeró la presión de la gente eliminando algunas medidas para promover las ventas internas y restablecer la confianza internacional de sus mercados durante 2023.
Los cuadros de economistas oficiales no esperan que las cosas mejoren antes del primer trimestre, pues muchas firmas locales ya se han reportado sin liquidez, “especialmente restaurantes, gimnasios, hoteles y otros servicios de la ciudad».
Por otra parte, Beijing también se ha visto afectado por el repunte de las acciones en tecnología de EE. UU, que también contribuyeron a depreciar su confianza empresarial y a catapultar al dólar, incluso antes del reciente aumento del .25 en las tasas de interés.
Las expectativas de que los contagios de coronavirus tampoco halagüeñas, pues los expertos clínicos temen que se produzcan tres olas más en los primeros tres meses del año. La primera con la afluencia de viajeros que se desplazaron para visitar a sus parientes después del Año nuevo lunar, que empezó el 21 de enero; y una segunda que se extendería desde finales de febrero hasta mediados de marzo, precisamente cuando la gente regrese a sus hogares después de las vacaciones.
Todo en momentos en que la Comisión Nacional de Salud reconoció que es difícil hacer un monitoreo serio de los contagios, aun cuando ha detectado que se producen alrededor de 2000 diarios. La eliminación de las pruebas masivas y la reducción de las pruebas obligatorias significa que pocas personas se hacen la prueba.