19 de septiembre 1985 y 2017. El síndrome de aniversario.

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¿Por qué tendemos a la repetición? ¿El ser humano es el único que es capaz de tropezar con la misma piedra más de una vez sin transitar la lección? No. De hecho, la naturaleza y en este caso la Tierra, también atraviesan ciclos cada cierto tiempo. Las estaciones son ejemplo de esta situación. ¿Es sólo una terrible coincidencia que un terremoto suceda en  una misma fecha? No. Para algunas áreas de estudio como la Filosofía Transgeneracional y la Psicogenealogía los ciclos en donde se presenta la repetición son de capital importancia porque le permiten al individuo reconocer sus ciclos y poder transformarlos.

¿El síndrome de aniversario?

Es la forma en que la memoria inconsciente de los integrantes de una familia recuerda los vínculos con un ancestro ligados a eventos importantes en la vida de éste, como el nacimiento, la muerte o una experiencia traumática en la historia de este familiar. Es entonces que la vinculación hace que las fechas de nacimiento, muerte, boda o los ciclos de uno o varios descendientes recuerden sin saber el trayecto de un miembro que les precede.

La memoria inconsciente es una especie de base de datos que permite preservar la vida de los seres humanos y, para esto, establece escenarios idénticos ante situaciones donde nos encontramos en peligro. Todo evento que no ha sido procesado haciendo uso adecuado de nuestras emociones, se deja a que el tiempo lo cure. El tiempo lo devuelve cuando las manecillas del reloj coinciden con aquel primer momento. Es decir, que el trauma de hace 32 años no se procesó de forma adecuada o bien fue una experiencia que motivó un movimiento sin igual digno de ser contenido en la memoria de nuevos mexicanos para poder trascender o modificar precisamente esta memoria.

Muchas etiquetas puestas a la población joven, en estos momentos, han mostrado su ineficacia. La denominación Milenial es un ejemplo de que no interesa el tiempo en el que naces, tanto como la herencia que te integra. El discurso había sido que muchos de estos mexicanos al no contar con la experiencia de sus padres, entre ellas, las de los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985 no tenían en su ADN el sentido de responsabilidad y la solidaridad que se manifestó en esos días. La experiencia de este 2017, muestra que no, que si un país ha pasado por un evento tan relevante, sus integrantes pueden potencialmente vincularse con sus ancestros a través de la repetición en la misma fecha y con efectos muy parecidos. Y puede ser que muchos desaparecidos hace 32 años promuevan desapariciones en este tiempo o en cualquier 19 de septiembre anterior sin presentarse un sismo en la historia. Puede ser, entonces también, que muchos jóvenes ahora entiendan el significado de la colaboración gracias a que en su argumento de vida han atravesado por una experiencia similar a la de sus padres y con esto puedan ser considerados como individuos íntegros y no sólo como una etiqueta más.

Interesante, es entonces, comprender que en este país el mes de septiembre es un ciclo muy importante en la historia de cada uno de sus integrantes y que se encuentra activo cuando el reloj marca el mismo tiempo. No se trata de entrar en pánico sino de reconocer las herramientas con las que se puede contar cuando entramos en ciclos definidos por nuestra memoria inconsciente.

El estrés postraumático

Puede definirse como un conjunto de síntomas posteriores a una experiencia donde hemos sentido sobre todo que nuestra seguridad individual o nuestra vida ha sido puesta en peligro y puede ser que la experiencia sea en dimensiones gigantes como los genocidios, las guerras, manifestaciones fuertes de la tierra o terremotos como en este caso o bien sucesos como un abuso, asalto, o un accidente. Los síntomas más frecuentes son la ansiedad, los flashes donde sientes que el evento se está repitiendo en imágenes mentales, insomnio o problemas para respirar.

Una de las  formas de modificar la memoria traumática que se encuentra activa en los individuos es el manejo mediante una metodología denominada Debriefing que lo que promueve es un relato de los hechos con protocolos bien definidos para que el consultante pueda transitar el evento con las emociones, sensaciones y pensamientos que le permitan concientizar que esta experiencia es sólo un capítulo de la existencia y que no la abarca toda. Al contrario, es fácilmente superable y rica en nuevos recursos sin tener que heredar el trauma a generaciones posteriores como un proceso que pretende ser omitido pero que se encuentra activo en la base de datos y a disposición en la próxima vuelta del reloj.

El Debriefing comienza con la definición de un tiempo mental con principio y un final. Es decir el tiempo se establece con un primer pilar de seguridad que es el último instante donde nos hemos sentido seguros, felices, protegidos, compartiendo o conviviendo con algún miembro o haciendo algo en solitario. Después se deja un espacio donde, en este caso, el sismo se presenta para después localizar el segundo pilar de seguridad que es el final donde establecemos el primer instante donde nos sentimos protegidos, seguros o a salvo.

Manejo del trauma

De esta forma, se define perfectamente el capítulo de la vida donde un evento nos hace experimentar emociones y sensaciones que no están presentes en todos los momentos de la existencia. El espacio donde el sismo ocurre es la parte más rica de la metodología porque se permite hacer el relato de lo que sucede y también se permite vivir las emociones que se presentaron en ese momento, sin omisión alguna, la única limitación es que se pueden fraccionar las emociones que se viven en el cuerpo para permitir transitarlas y no retraumatizar. Esta metodología debe ser efectuada por profesionales que hayan recibido la capacitación adecuada en manejo de trauma para que sea eficazmente aplicada y puede hacerse en grupos donde la contención y el amor de otros individuos sana este tipo de heridas o bien puede hacerse de forma individual,  el profesional promueve entonces  un espacio donde el consultante se pueda sentir seguro de expresarse.

Al finalizar este procedimiento debe efectuarse un ritual de despedida donde se recuerde con amor a aquellos a quienes desaparecieron o los recursos que se perdieron y hacer el duelo correspondiente. Se puede sembrar un árbol por ejemplo como un muy buen símbolo de fin del suceso y de renovación a partir de ese momento. Los rituales son fuente de expresión y también son un recurso para sentirse contenidos y protegidos, aquí la importancia de la presencia  en la vida de la humanidad.

Subiendo niveles

Adicionalmente, lo que promuevo es identificar las pautas que un terremoto deja en forma de recurso, puede ser precisamente la solidaridad, la atención o la identificación del  porque independientemente de cualquier evento los individuos no se sienten seguros y encontrar los elementos que desde ahora pueden localizarse en uno mismo para hacer frente a cualquier contingencia que la vida nos presenta como un reto para subir al siguiente nivel de nuestra larga existencia.

Cuando te permites hacer este tipo de procesos, estás heredando nuevas posibilidades para tus descendientes, no heredas un trauma, heredas una experiencia rica en recursos y entonces es muy posible que cuando el calendario toque otra vez un 19 de septiembre sea un día sin sobresaltos o un día donde te permitas sentir un suceso con la experiencia de un individuo renovado que tiene planes para hacerles frente y no sólo una vía que transita por el miedo y la dependencia de otros. Un individuo que sabe que es dueño de eso que se le presenta y puede ser creativo. La invitación es para todos aquellos que quieran mirar en los terremotos de septiembre la mejor oportunidad de su vida para hacer un cambio de ruta.

 

 

   

 

 

 

 

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