Kim Il Sung; el Sol de la autodependencia

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Seminario digital de la RPDCLa lucha de pueblo coreano tiene un nombre: Kim Il Sung. No se trata sólo de un líder carismático, amado por su pueblo, sino de un hombre cuya visión es responsable de la seguridad y el desarrollo del país: un gigante que debe actuar en todo momento y lo debe hacer bien, a la primera y con resultados efectivos.

Si damos un vistazo a la República Popular Democrática de Corea, podemos ver a un pueblo que ama caminar por su propio camino: el que ilumina la Idea Juche, del gran líder y que se fortalece en la autodeterminación e independencia.

El término libertad muchas veces es confuso porque en realidad no expresa los valores que muestra o intenta promover. ¡De qué sirve una libertad basada en un modelo ajeno, extranjero? Eso es más bien una imposición suave y una influencia que busca el dominio por la vía del uso y de las costumbres inapropiadas; es la seducción del enemigo mediante una comodidad ilusoria.

El verdadero valor de un pueblo es su autodeterminación y su vida independiente. Defenderla es su más preciado honor. Cuando el pecho se hincha de desafío y valor ante quien pretende imponer una voluntad ajena, es la clara reacción que surge como una autodefensa a un virus extraño que intenta contagiar a los cuerpos nobles y llenos de patriotismo.

Esta es en esencia general el trasfondo de la Idea Juche que subyace en cada uno de los patriotas norcoreanos, trabajar por un fin último: la autodependencia. Una fortaleza que empieza desde el criterio por enfocar los problemas de país, hasta la solución que busca el compromiso de una sociedad integral, plena y total.

No en balde, el camarada Kim Il Sung estaba entregando a su pueblo el mayor tesoro de la fuerza independiente, sino que a la vez mostraba a aquella parte de la humanidad que ha sido despojada de sus principios y su identidad, una opción para recuperar su esencia perdida.

La fórmula es básica: Ser independientes tanto en lo político, económico como en lo militar. Una ecuación que nunca falla en transformar a un pueblo inseguro en un poder respetuoso.

A veces la historia nos trae coincidencias muy interesantes. El nacimiento de Kim Il Sung el 15 de abril, precisamente cuando se encuentra la primavera (que se puede interpretar como el inicio de una era llena de sol), nos ilumina con un ejemplo de fuerza personal, honesta, vigorosa y auténtica.

Kim Il Sung es esa tendencia clara por persistir en un camino independiente, algo que no sólo es un regalo para el pueblo norcoreano, sino para quienes pensamos que sin la existencia autónoma no podría haber un desarrollo claro, preciso y estable.

La unificación de todas las fuerzas encaminadas a un sólo punto es algo que asusta a los más grandes. Es esa decisión personalizada y enfocada en el bien común, lo que permite superar obstáculos y forjar una transformación férrea y culminante.

El pueblo es el dueño de sí mismo; una máxima de la Idea Juche que no puede ser trastocada. La vista decidida y desafiante del militar, la actitud fuerte y convencida del trabajador y la seguridad y convicción personal de cada ciudadano norcoreano forman esa barrera que los enemigos han querido sustituirlas con muros de concreto.

¡Salve Kim Il Sung, el Sol de un pueblo obstinado en su propio camino!

*El autor es presidente del Comité por la Reunificación Pacífica de Corea. El presente artículo fue escrito para el seminario digital «El socialismo avanza con las ideas de los grandes hombres», organizado en coordinación con el Instituto de Amistad Corea-México y el Instituto de Amistad Coreano-Latinoamericano y del Caribe.

 

 

 

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