
Cierta vez, Jimmy Carter, ex Presidente de Estados Unidos, se encontró con el Presidente Kim Il Sung y, muy fascinado por su noble personalidad, confesó su impresión como la siguiente: Desde los primeros momentos del encuentro pude sentir que él era un hombre amante de la paz, racional e inteligente y versado en los trabajos y que disfruta del amor del pueblo.
Máxima de considerar al pueblo como el cielo
Fue cuando en 1994 el ex Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter tuvo una entrevista con el Presidente Kim Il Sung (1912-1994).
Durante la conversación a bordo de un barco de excursión que corría por el curso inferior del río Taedong, de repente Kim Il Sung recomendó que rebajara la velocidad del barco. Para satisfacer la curiosidad de Carter le explicó indicando a las orillas: Ahora en las riberas los trabajadores están pescando con caña. Si nos producimos grandes oleadas, podemos molestar sus pescas. Vamos poco lentamente para no causarles molestias a los pescadores.
Esta anécdota no pasa de ser un episodio que demuestra cuán respetó Kim Il Sung al pueblo.
A mediados de la década de 1930 Pak In Jin, Tojong (título del jefe de una comunidad regional de chondoísmo), preguntó a Kim Il Sung: ¿Usted venera algo tal como nosotros adoramos al Hanulnim (cielo)?
Por supuesto, yo también venero algo, como si fuera a Dios. Y este algo es el pueblo. Lo aprecio como si fuera el cielo y lo venero como a Dios. Mi Dios no es otro que el pueblo. En el mundo no hay seres que sean tan inteligentes y poderosos como las masas populares. Por eso, tengo como credo de toda mi vida “considerar al pueblo como el cielo”, contestó.
Cada año con motivo del aniversario del natalicio de Kim Il Sung se efectúan por Internet las exposiciones de fotos que muestran sus méritos. Casi todas las fotos llevan su imagen entre el pueblo. Hay una escena de que él, sentado junto con los campesinos sobre una estera modesta, les señala las vías para llevar una vida dichosa, y otra de que saborea el arroz cocido en el comedor de un albergue de los obreros de una fábrica.
Siempre elaboraba las políticas a favor del pueblo, discutía con este la solución de superar dificultades y resolvía todos los problemas organizando y movilizando sus fuerzas.
Aplicó las políticas de ofrecer enseñanza gratuita a todos los niños del país, de construir viviendas a expensas del Estado y suministrarlas gratis al pueblo y de cuidar enteramente la vida de la población por cargo del Estado. De ahí que el pueblo coreano le llama “Líder paternal”.
Sobre la realidad de este país asiático donde está materializada la idea de considerar al pueblo como el cielo, Billy Graham, ex dirigente religioso norteamericano, dijo: Es un país donde hasta Jesús no tiene nada que hacer si se baja del cielo.