Kim Jong Il, humildad y compromiso eterno con el pueblo

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Kim Jong Il (1942-2011), Presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPD de Corea, solía decir que su credo era que el pueblo se situaba por encima de él y él era hijo del pueblo. ¿Qué significa su palabra? La respuesta está en las siguientes anécdotas.

Todos saben que él usaba frecuentemente el tren para visitar las fábricas y las aldeas a lo largo del país. Trenes pitan en cierta distancia. Pero, él no permitió al maquinista de su tren pitar en la noche avanzada y la madrugada temprana preocupándose de los pobladores en sueño.

El 4 de diciembre de 2011, unos diez días antes de su fallecimiento, él visitó el Parque Juventud de Kaeson, pese al frio penetrante. Los empleados del parque le preguntaron por qué ha venido en ese día de mal tiempo de tantos días buenos.

A la que respondió sonriendo: Si me toca mal día, le toca al pueblo el bueno. Durante sus días de estudio en la Universidad Kim Il Sung, él participó en la obra de ampliar una carretera en Pyongyang. Un día vio a una vieja cargar el carbón en el solar de una casa desplazada cerca del lugar de la construcción. Afirmando las palabras de la vieja de que le daba mucha pena ver que aquel inapreciable combustible iba a enterrarse, la ayudó.

La abuela le pidió perdón por molestarle tanto, a la que respondió él: Yo soy también un hijo del pueblo trabajador. Así llevó toda su vida. No vaciló entrar al profundo pozo para encontrarse con mineros, y todo el año siguió ininterrumpidamente el camino de orientación aun en frío cortante o calor sofocante.

En diciembre de 2011, últimos días de su vida, preocupándose de su salud, sus médicos le solicitaron cesar la dirección sobre el terreno.

«Perdón. Me siento apenado por causarles preocupaciones. Pero no puedo seguir a sus sugerencias. Al contrario, ustedes deben obedecerme», dijo y emprendió otra vez la visita de orientación. Y murió en el viaje de tren. Esto es la imagen de Kim Jong Il a quien respeta profundamente el pueblo coreano.

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