El Vía Crucis ya se encuentra en la frontera con Estados Unidos. Esta caravana de migrantes, que solicita asilo político en el vecino del norte, llegó hace unas horas a la ciudad fronteriza de Tijuana, donde al menos 400 personas, en su mayoría mujeres y niños, esperan iniciar trámites para solicitar asilo en la Unión Americana.
Atiborrados en la garita de San Ysidro, estos migrantes centroamericanos buscan sensibilizar a las autoridades estadounidenses respecto a la precaria situación que viven en sus países, abrumados por la pobreza, la delincuencia y la falta de oportunidades.
Trump advirtió desde hace más de una semana que no los recibiría y, de hecho, ordenó a la Guardia Nacional a apostarse en varios estados fronterizos para evitar que el grupo de migrantes pueda entrar a territorio norteamericano, entre los cuales haya al menos 300 niños, la mayoría hondureños.
El grupo logró llegar a la frontera disolviéndose antes de ingresar a Puebla, desde donde se dividieron para llegar a un punto en específico. Según se dice, las autoridades migratorias mexicanas les darían una visa provisional de al menos 20 días para que pudieran circular por el territorio nacional, después de ese periodo, se le detendría y serían deportados.
Estados Unidos es el destino de miles de migrantes que buscan una oportunidad en cualquier estado de la Unión Americana. Se estima que más de 400 mil personas, en su mayoría centroamericanas cruzan México en espera de llegar a suelo estadounidense.
Tanto Estados Unidos como México, tienen una dura política migratoria. En 2017, Washington deportó a 96.000 migrantes, mientras el último regresó a 147.000, a un ritmo de 293 diarios. Sin embargo, el 60% de los deportados por Estados Unidos han cometido algún delito, aunque según la Cruz Roja, en el caso de México, muy pocos de los expulsados tienen antecedentes penales.
