El presidente Donald Trump no quiere arriesgarse a que Afganistán sea una derrota más en la visión militar del Pentágono. De hecho, el recuerdo de Vietnam es vigente y considerado como una afrenta a la estrategia militar norteamericana. Por si lo recuerdan, en febrero pasado, cuando anunció que destinaría más de 54 mil millones de dólares para el ejército, también comentó que cualquiera que sea la perspectiva de éste «tendría que ser la victoria». En esa ocasión simplemente dijo «nosotros tenemos que estar a la cabeza de la manada».
Pues este martes, dio un giro de 180 grados a su propuesta de retirar las tropas de ese país asiático, pues explicó que apenas hacerlo, grupos extremistas como el autodenominado Estado Islámico y Al Qaeda se colocarían nuevamente.
“Una retirada apresurada crearía un vacío que los terroristas, incluidos el ISIS [siglas en inglés del Estado Islámico] y Al Qaeda llenarían de inmediato, tal y como ocurrió antes del 11-S. Y, como sabemos, América se fue de Irak de forma equivocada y apresurada”, señaló el republicano, culpando a Obama de esto último.
Trump no dio una fecha de retirada militar, algo que sí hizo su predecesor, Barack Obama, pero para el magnate inmobiliario tendrán que ser las “condiciones” las que indiquen que el momento ha llegado.
Hasta ahora, Washington lleva librando una guerra contra los talibanes en Afganistán sin mayor provecho. Han pasado ya 16 años de combates, incluso apoyado por una coalición internacional que se le unió tras los ataques a las torres gemelas en 2001, sin lograr imponerse a sus enemigos, los cuales no siguen los esquemas de combate directo que suelen tener los ejércitos bien constituidos.
Se habla que el Pentágono desplegará unos 3.000 o 4.000 soldados que se unirán a los 8.500 que ya se encuentran en la zona. En le recuerdo quedó su famoso mensaje por redes sociales donde aseguraba durante su campaña electoral: “Es tiempo de salir de Afganistán. Construimos carreteras y escuelas para gente que nos odia. No favorece nuestro interés nacional”.
Trump aseguró que la presencia estadounidense en Afganistán no es un cheque en blanco y que el objetivo ya no será construir una nación, sino simplemente “matar terroristas”. “Estados Unidos trabajará con el Gobierno afgano siempre que veamos determinación y avances. El pueblo estadounidense espera ver reformas reales y resultados reales”.
Asimismo, amenazó a Pakistán, país al que acusó de ser “un refugio para organizaciones terroristas”.
