Apretada victoria parlamentaria de Angela Merkel; avanza la ultraderecha

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Tras las elecciones parlamentarias en Alemania, hay dos lecturas sobre los sucesos. La primera es la victoria de la canciller Angela Merkel, a través del bloque integrado por la Unión de Cristianodemócratas y Socialcristianos bávaros (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), pero con una baja dramática de votos y, por ende, de su popularidad. La segunda, el avance de los ultraderechistas del partido Alternativa para Alemania, quienes lograron colarse al parlamento en último momento.

En un discurso triunfalista, Alexander Gauland, líder del AfD (Foto derecha) señaló: «Vamos a acosar al Gobierno. Vamos a por Angela Merkel» ante el éxito de su partido con un resultado que supera incluso las predicciones de las encuestas previas a los comicios. «Pensamos cambiar este país y defender lo que piensa la gente de la calle, pero nadie escucha en el Bundestag». Casi como si fuera el eco de Donald Trump, Gauland dijo que una de las primeras cosas que su partido hará en el Bundestag será crear una comisión parlamentaria que investigue si Merkel actuó ilegalmente con su política de refugiados.

Si bien la coalición de Merkel ganó, su victoria anuncia más una serie de problemas de cara a las elecciones federales del octubre, donde se decidirá su permanencia en el poder. En estos comicios, Merkel perdió ocho puntos con respecto a los anteriores del 2013; este fue registrado como el segundo peor resultado en la historia de Alemania Federal con un escaso 33% de sufragios. Su más cercano rival, Martin Schulz (Foto izquierda), de los socialdemócratas del SPD, obtuvo 20%.

Sólo para que lo sepan: El partido Alternativa para Alemania (AfD), que aspira a ser la tercera fuerza del Bundestag con un 10% del voto, promueve el miedo a los refugiados. Por tal motivo, inflama las voluntades populares con una oratoria antiinmigratoria e islamofóbica que ha tenido mucha aceptación en länders como Sajonia, donde tuvo 18% de votos y en Brandenburgo, Mecklemburgo-Pomerania y Turingia con 17%.

La población del este de Alemania ha sido reacia a la política de refugiados del gobierno federal y, en estas regiones, el discurso xenófobo destaca la pérdida de identidad como una amenaza latente del pueblo alemán. Según el analista Franco Delle, los germanos de estas zonas perciben que los refugiados musulmanes crearán un choque cultural. Ante ello, los votantes que se unieron a la puerta abierta de Alternativa para Alemania, si bien pueden estar en favor de ayudar al refugiado, rechazan que se instalen centros de acogida cerca de su casa o que su hijo comparta clase con los hijos de los recién llegados.

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