A mediados de febrero, Donald Trump inventó que Suecia había sido víctima de un atentado. Casi dos meses después, Estocolmo es realmente el escenario de lo que el propio primer ministro sueco, Stefan Löfven, ya ha descrito como un acto «de terrorismo».
Al menos cuatro personas murieron y otras doce se encuentra gravemente heridas tras haber sido atropelladas por un camión en la zona de Drottninggatan, conocida por sus grandes almacenes y por ser el cruce entre la calle peatonal más frecuentada y una de las principales arterias de la ciudad.
«Suecia ha sido atacada. Todo apunta a un atentado terrorista», dijo Löfven en un mensaje televisivo a la población, a la que instó a quedarse en casa y evitar cualquier acercamiento en la escena del percance. Las autoridades mantienen cerrada el área, incluso para el tráfico de trenes que pasa por la estación central.
La policía sueca informó que hay al menos un sospechoso, mismo que ya fue detenido. «Los servicios de inteligencia recibieron una alarma acerca de que un camión había atropellado a una multitud en Drottninggatan en Estocolmo. Hay una gran cantidad de heridos», dijo en un comunicado.
Según versiones testimoniales, el camión salió de la nada. «Nos quedamos dentro de una tienda de zapatos y la gente empezó a gritar. De repente ví que un enorme camión chocaba contra la pared opuesta», declaró un transeúnte que salía de un centro comercial.
Sólo para que lo sepan: Este ataque terrorista ocurrido en Estocolmo es el quinto que se registra en Europa en menos de un año. En plenos festejos de la Toma de la Bastilla, Niza fue escenario de un atropellamiento masivo el 14 de julio de 2016. A unos días de la Navidad de ese año, le tocó a Berlín una situación similar. Hace apenas tres semanas, Londres se unió a la lista trágica; un día después otro incidente parecido. Hoy, Estocolmo se encuentra de luto.
