El pasado 15 de noviembre el compañero Kim Jong Un, Secretario General
del Partido del Trabajo de Corea y Presidente de Asuntos Estatales de la
República Popular Democrática de Corea, pronunció el importante discurso
“Sobre la situación creada y las tareas de los jefes e instructores políticos de
batallón de las fuerzas armadas de la República” ante los participantes en la IV
Conferencia de jefes e instructores políticos de batallón del Ejército Popular de
Corea.
Jefes e instructores políticos de batallón de las fuerzas armadas de la República
Popular Democrática de Corea;
Oficiales de todos los órganos militares y políticos de las fuerzas armadas de la
República;
Compañeros:
La IV Conferencia de jefes e instructores políticos de batallón del Ejército
Popular de Corea tiene lugar en un momento histórico en que el poder y el
prestigio de nuestro ejército legendario se ponen de pleno manifiesto en todas las
avanzadas de la revolución que se agitan con la lucha y transformación.
Ante todo, en nombre del Comité Central y la Comisión Militar Central del
Partido del Trabajo de Corea quisiera felicitar calurosamente a todos los jefes e
instructores políticos de batallón de las fuerzas armadas de la República que han
tomado parte en el evento.
Igualmente, extiendo mis saludos cordiales a los oficiales y soldados de todo el
ejército quienes dedican su fervorosa lealtad patriótica y esfuerzos en los
honrosos puestos de defensa de la soberanía del Estado y en los lugares de
construcción para anticipar la prosperidad integral del socialismo.
En los últimos años he tenido siempre un programa de actividades muy
apretado porque he tenido que afrontar, además de las colosales tareas políticas
planteadas por el histórico congreso del Partido y los plenos de su Comité Central,
un sinfín de asuntos teóricos y prácticos en aras del fortalecimiento del Partido, la
prosperidad del Estado y el fomento del bienestar del pueblo y también porque
cada uno de ellos demanda esfuerzos tesoneros y meditaciones profundas para
hallar respuestas correctas y facilitar su marcha.
Pero hoy me he reunido con plena satisfacción con ustedes aquí en Pyongyang
y esto me produce una gran alegría.
¿Por qué concedemos tanta importancia y prestamos especial atención a esta
cita?
Eso pudiera tener varias explicaciones, pero la más importante es que ustedes
son precisamente soldados revolucionarios fieles a nuestro Partido quienes
aseguran con firmeza y en silencio el fortalecimiento del ejército sufriendo como
nadie en su base.
En el sistema militar de organización y mando consagrado a implementar la
dirección del Partido sobre el ejército, el batallón es una agrupación militar de
base, pero el Partido y la patria lo colocan siempre en la posición más importante.
El batallón no es de gran envergadura, pero sus jefes e instructores políticos
quienes viven en un mundo grande que es el Partido y la revolución, la patria y el
socialismo, guían a los soldados y trabajan con abnegación sin que otros lo sepan,
engrandecen con su inmaculada y apasionada lealtad patriótica el honor y las
hazañas de nuestras fuerzas armadas.
Hace exactamente diez años que se celebró la tercera edición de la mencionada
conferencia.
Hagamos un recuento de ese lapso: todos los éxitos y transformaciones
admirables obtenidos por nuestro Partido, patria y pueblo pese a las duras pruebas
y desafíos literalmente sin precedentes guardan una relación directa con la
trayectoria de lucha de nuestro ejército y cada uno de sus méritos heroicos lleva
implícita la callada dedicación de jefes e instructores políticos de batallón.
Estos oficiales de la unidad principal de combate de nuestras fuerzas armadas
revolucionarias son todos de una generación que se ha madurado en la década
ardua y gloriosa que ha puesto de relieve la existencia de nuestro ejército y sus
proezas de mucho peso.
Por desempeñar ustedes el papel protagónico, ha comenzado otra historia en
que el ejército revolucionario avanza y asciende teniendo a su cargo tanto las
avanzadillas fronterizas en que se enfrenta con el enemigo como todos otros
lugares que deciden el futuro del Estado y el pueblo.
Uno de los valiosos logros del último decenio en la construcción del ejército es
la formación de un grupo de oficiales fieles y fidedignos que conducen a los
soldados con el ejemplo de la perseverancia y el noble concepto de vida según el
cual el ejército existe para materializar el propósito y la decisión del Partido y es
glorioso morir en ese empeño.
A través de miles de hombres medulares como ustedes, que con certeza
representan a los oficiales militares formados en la era actual, continúan con
firmeza la historia de fidelidad de las fuerzas armadas revolucionarias y la
tradición de su patriotismo. El poder constatarlo me produce una alegría y
satisfacción sin igual.
Con esto podemos explicar con mayor claridad el poderío y el futuro
resplandeciente del indestructible Ejército Popular de Corea, que es el del Partido
del Trabajo de Corea.
Una vez más agradezco a ustedes que infunden gran ánimo y sostienen con
firmeza a nuestro Partido al empeñarse con denuedo para convertir sus batallones
en unidades de combate élite que cumplen las órdenes de forma incondicional,
cabal y valerosa, superando muchas dificultades y penas con el sagrado sentido
del deber y la conciencia limpia de oficiales del ejército revolucionario que han
juramentado ante el Estado.
Nuestras fuerzas armadas ocuparon, ocupan y ocuparán una posición
importante en el proceso revolucionario, sin que ningún otro colectivo pueda
reemplazarlas. Nuestro Partido se mantiene invariable en su disposición a seguir
llevando adelante la revolución y logrando el auge de la construcción socialista
con la firme garantía de las fuerzas armadas, subrayó Kim Jong Un y continuó:
Quisiera aprovechar esta cita con ustedes para recordarles la misión y los
deberes a los que los oficiales y soldados de nuestras fuerzas armadas no deben
renunciar jamás, estén donde estén y hagan lo que hagan, así como explicarle
sucintamente la importancia de preparar bien los batallones en el cumplimiento
de esa misión y deberes y las tareas que ustedes tienen por delante.
En la actualidad nuestras fuerzas armadas revolucionarias ocupan varios
frentes y todos estos son importantes porque deciden el destino de la patria y el
pueblo y el avance o el retroceso de la revolución.
De ellos, el más importante es el antimperialista y clasista y la tarea vital es la
preparación para el combate.
Tal es el frente y la tarea principales de nuestras fuerzas armadas que nadie
puede ocupar ni cumplir sustituyéndolas.
Las fuerzas armadas de la República deben estar preparadas plenamente para
poder aplastar con enérgicas acciones militares todas las violaciones del enemigo
en cualquier lugar donde se ejerce nuestra soberanía y cumplir cabalmente sus
tareas durante la emergencia.
Nunca deben olvidar que si nuestro colectivo armado se aleja del campo de
batalla el enemigo se pondrá de lo más contento y nos atacará y que tendremos
que pagarlo bien caro, con la sangre de nuestros amados familiares.
Cuanto mejor estemos preparados para la guerra, tanto más se consolida la paz
en nuestro territorio y más nos acercamos a nuestra meta de la construcción de un
Estado poderoso y próspero.
En el momento en que nuestras fuerzas armadas concluyen los preparativos de
la guerra, se hacen perpetuas la soberanía y la tranquilidad del Estado.
Repito: la preparación para la guerra es la tarea más importante y vital de
nuestras fuerzas armadas.
Esta es la misión y la tarea inherentes de nuestras fuerzas armadas
revolucionarias.
Kim Jong Un señaló que los críticos sucesos recién acaecidos en varias
regiones del mundo y en particular en la Península Coreana apremian a todos los
oficiales y soldados de las fuerzas armadas de la República para que se preparen
mejor para el combate con una correcta comprensión de la situación e hizo un
análisis sobre las peligrosas provocaciones militares de Estados Unidos y sus
seguidores que persiguen una política militar aventurera para demostrar la
superioridad de las fuerzas en la península, punto más candente del mundo y
agravan como nunca antes la tensión en ella.
El bloque militar tripartita EE.UU.-Japón-República de Corea, elemento clave
que amenaza la paz y estabilidad del Asia-Pacífico que incluye la Península
Coreana, expone con mayor claridad su carácter peligroso.
Estados Unidos, país que transformó su alianza con la República de Corea en
una alianza nuclear en el sentido estricto de la palabra y que propició
precipitadamente el nacimiento de la “OTAN asiática” por medio del referido
bloque militar tripartita, introduce a diario los pertrechos militares estratégicos en
la República de Corea y sus alrededores, así como las fuerzas armadas de sus
aliados como los países miembros de la OTAN, con el objetivo de adiestrarlos a
una guerra agresiva a través de intensos ejercicios de distintos tipos.
Los inquietantes movimientos del bloque, cuyo fortalecimiento de carácter
chovinista y consiguientes simulacros de guerra destruyen de forma escalonada el
ambiente estratégico de la península, evocan el proceder criminal de la OTAN
que ha ocasionado la crisis de seguridad en Europa con la expansión
ininterrumpida del sistema de alianza militar y la política ilegítima del avance
hacia el oriente.
A fin de cuentas, la alianza militar capitaneada por Norteamérica abarca una
región cada vez más amplia que comprende a Europa y el Asia-Pacífico y dirige
la punta de lanza de agresión a nuestro Estado, mayor enemigo de Estados
Unidos y país que está en guerra con este por un tiempo más prolongado.
A estas alturas, a nadie le extrañaría que en caso de emergencia las tropas de
EE.UU. y sus seguidores aparecieran en la península no con el rótulo de la ONU
sino con el de la alianza militar como la OTAN.
Los yanquis y los de la República de Corea están a punto de perpetuar actos
que pueden acarrear consecuencias nefastas.
Los tres países del bloque jamás eludirán su responsabilidad como destructores
de la paz y estabilidad de la Península Coreana y la región a la que ella pertenece.
La vileza de Norteamérica, cabecilla del colectivo que las destruye
convirtiendo en un laberinto la seguridad de la península, nos enseña una y otra
vez con qué opción estratégica debemos amaestrar a nuestros enemigos.
A medida que los tejemanejes norteamericanos de enfrentamiento contra
nuestra República toman un cariz todavía más abierto, se confirma la justeza de
nuestros esfuerzos y acciones encaminados a preservar la seguridad estatal y la
paz regional.
Hace mucho que es irreversible nuestra política de consolidar las fuerzas
armadas nucleares y lo único que nos hace falta es completar la preparación de
funcionamiento de las fuerzas armadas nucleares que les permita cumplir en
cualquier instante su primera misión del disuasivo de guerra y su segunda misión.
Últimamente, me he referido varias veces a la necesidad de no cambiar por
otra nuestra opción, a las consideraciones geopolíticas que no deben alterar jamás
y a lo que debemos hacer dada la situación.
Nos corresponde ir potenciando, ilimitadamente, infinitamente y sin que
estemos satisfechos, la capacidad de defensa del Estado que se fundamenta en las
fuerzas armadas nucleares.
La guerra no es jamás ajena a nosotros ni es cosa de un futuro lejano, apuntó
Kim Jong Un y prosiguió:
En cuanto a la guerra que EE.UU. y otros países occidentales libran contra
Rusia aprovechando a Ucrania como brigada de choque, deberíamos analizarla,
en cualquier caso, como una pretensión de enriquecer sus experiencias de guerra
y extender al mundo entero la esfera de su intervención militar.
Ahora los comerciantes de guerra norteamericanos continúan la guerra en
Ucrania e Israel, sin dejar de ayudarlos en lo militar. A causa de ello, más países
están involucrados en esas conflagraciones y la situación de seguridad
internacional alcanza niveles cada vez más peligrosos, alimentando la
preocupante posibilidad de una tercera guerra mundial.
El peligro de guerra acecha en cualquier parte del planeta y nadie puede
predecir cuándo y dónde va a estallar una contienda.
La humanidad, testigo del uso de la fuerza en Europa y el Medio Oriente,
percibe que también la Península Coreana es una de las regiones con mayor
probabilidad del conflicto armado.
Nuestras fuerzas armadas a todos los niveles subordinarán todas sus
actividades a los preparativos de guerra y volcarán esfuerzos para completarlos
cuanto antes.
Cada uno de estos días tiene un gran valor para acelerar esa preparación.
Las fuerzas armadas de la República tomarán la iniciativa en cualquier
situación militar y harán todos sus preparativos, aprovechando sus horas
inestimables con la mayor eficiencia.
“¡Concentremos todos los esfuerzos al perfeccionamiento de los preparativos
de guerra!”, esta es la demanda de la revolución y actualidad y la consigna de
lucha que deben enarbolar nuestras fuerzas armadas a todas las instancias.
A fin de potenciar a gran velocidad el poderío político-militar y la capacidad
de guerra del ejército y demás las fuerzas armadas de la República, es
particularmente importante preparar bien los batallones.
Nuestro Partido considera el batallón como unidad principal que puede llevar
adelante la guerra revolucionaria y concede gran importancia a su fortalecimiento.
Estamos hablando de una unidad de combate que por sí sola debe cumplir la
misión de combate en el sistema organizativo de nuestras fuerzas armadas y en
todas las condiciones internas y externas del país.
Es de vital importancia su papel durante la emergencia de manera que nuestras
fuerzas armadas se desplacen con agilidad y exactitud según el propósito
estratégico del Comité Central del Partido y en cualquier circunstancia para tomar
la iniciativa y tener mayor posibilidad de triunfo de acuerdo a nuestros métodos
de combate.
Como demuestran las guerras contemporáneas que tienen lugar en distintas
partes del mundo, en ellas se introducen gran cantidad de armas intelectuales,
informatizadas y sofisticadas, las operaciones y las batallas abarcan la tierra, el
mar, el aire y el ciberespacio y se efectúan de forma multidimensional e integral,
y su victoria o revés depende del fortalecimiento y aprovechamiento del batallón
que es una subunidad táctica.
Es precisamente la unidad más adecuada para engañar la gran variedad de
avanzados medios enemigos de reconocimiento y detección y ocultar el intento
de su acción militar, lograr el carácter sorpresivo del ataque y asegurar la
existencia de efectivos y equipos durante la guerra en que hay que oponerse a los
enemigos con excelente dotación militar y técnica. También es el colectivo capaz
de una movilidad eficiente en escenarios de combate de nuestro país de
complejas topografías y geografías.
Por esa razón, el batallón es la unidad principal de combate y la importante
unidad táctica a la que se concede mayor importancia en la formación y
aprovechamiento de colectivos de combate y cumple el papel protagónico cuando
el ejército ejerce su gran capacidad de combate.
Para las guerras futuras, me propongo impartir la orden tomando el batallón
como unidad principal, conferirle el carácter independiente, fomentar su
movilidad y aprovechar al máximo su capacidad de combate.
A partir de la gran importancia que concede a su posición y papel, el Partido
dispuso citar para la misma fecha y hora a los jefes e instructores políticos de
batallón de todo el ejército y convocar y efectuar la conferencia y el cursillo,
aunque este es un momento decisivo en que termina las labores estatales de suma
importancia y el Estado se encuentra en una situación de gran inseguridad.
El compañero Kim Jong Un subrayó una vez más la invariable idea de
nuestro Partido sobre la importancia del batallón cuyo perfeccionamiento de los
preparativos de guerra significa el de todo el ejército y cuya capacidad de
combate equivale a la de todas las fuerzas armadas revolucionarias, y expuso las
tareas importantes que se presentan ante los jefes e instructores políticos de
batallón.
La primera de sus tareas principales es acelerar la conversión del batallón en
una élite ideológica y espiritual, con la firme concepción de que la preparación
política e ideológica de los militares revolucionarios decide la victoria en la
guerra.
Deberán tener presente que la ideología es el arma más potente de las fuerzas
armadas revolucionarias y la única garantía de la victoria en todos los combates.
Dar prioridad a la superioridad ideo-política fue, es y será invariablemente
nuestro modo de combate y filosofía de la victoria, independientemente de
cómo evoluciona el aspecto de la guerra contemporánea y qué influencia ejercen
los medios técnicos militares de tecnología punta sobre las operaciones y
combates.
Las fuerzas armadas de la República deben superar al enemigo, ante todo, en lo
ideo-político.
Nosotros que abogamos por la teoría de dar importancia al factor ideológico a
partir de la idea Juche, debemos aplastar con firmeza la perseverante conciencia
de enfrentamiento con el comunismo de los enemigos por la superioridad
espiritual y moral antes que la tecnológica militar y manifestar el poderío del
ejército revolucionario que sale siempre victorioso con la idea y moral
comunistas.
Las características ideo-espirituales del ejército poderoso revolucionario con
que se armarán todos los oficiales y soldados de las fuerzas armadas de la
República son precisamente la lealtad absoluta al Partido y la revolución, el amor
fervoroso a la patria, el espíritu de servicio abnegado al pueblo, la conciencia
clasista intransigente y la voluntad de exterminar al enemigo.
Como modelo de estas virtudes el Partido presenta de forma invariable a la
primera generación de nuestras fuerzas armadas revolucionarias y los héroes de la
guerra.
Tomarán como la labor prioritaria en el fortalecimiento del batallón formar a
todos los militares como fuertes en lo ideo-espiritual como los de la primera
generación de nuestras fuerzas armadas revolucionarias y héroes de la guerra.
A este punto deben orientarse las labores del batallón y en él debe manifestarse
la eficacia de las mismas.
Armarán a todos los militares con el espíritu heroico de luchar contra el
enemigo hasta el fin y morir de pie con la bandera roja en el pecho como lo
hicieron los guerrilleros antijaponeses y la generación de vencedores en la guerra
de la década de 1950.
En la actualidad es importante imbuirles profundamente la consecuente
concepción sobre el enemigo principal y la voluntad de combatirlo a muerte.
Los enemigos norteamericanos y de la República de Corea a que nos
enfrentamos hacen frenéticos ejercicios bélicos inculcando la recalcitrante idea
anticomunista y el espíritu de acabar con el comunismo.
No se limitarán a concebir el anticomunismo como política estatal de Estados
Unidos y la República de Corea.
Lograrán que todos los militares, sin excepción, no olviden ni un momento que
los enemigos a los que enfrentamos son aquellos siniestros imbuidos hasta la
médula del anticomunismo e instruidos con la idea de liquidar el comunismo, y
maníacos de enfrentamiento que por su naturaleza clasista afilan el cuchillo hasta
que mueren.
Para el soldado que tiene una errónea concepción del enemigo principal, la
bala del fusil que carga no acertará el blanco.
La seguridad de la patria y el pueblo debe asegurarse, antes que con armas, con
la intransigente conciencia clasista de los militares.
Estimularán a todos los militares para que desplieguen el heroísmo sin par en
la lucha sagrada por castigar y exterminar a los enemigos que atenten contra la
soberanía de la patria amada y la vida del pueblo querido si estalla la guerra.
Aprovechando esta oportunidad, quisiera enfatizarles que en los batallones no
deben realizar la educación ideológica solamente en momentos y circunstancias
específicos.
Es indispensable estudiar con ahínco y llevar a la práctica los novedosos
métodos de enseñanza para que la ofensiva ideológica en vísperas de la guerra en
que su estallido es un hecho consumado y se puede decir que ha empezado la
“carrera contrarreloj”, así como todo el curso y todos los momentos del cotidiano
servicio militar y del cumplimiento de tareas militares, puedan ser el proceso de
la forja espiritual.
Es de particular importancia que la educación de los militares empiece con el
amor y se permee del afecto en todo momento.
Todos los hijos son preciados para los padres. De la misma forma, la sinceridad
con que amparan y atienden indistintamente a todos los militares contribuye a la
educación en silencio y a la persuasión de eficacia segura.
Los jefes e instructores políticos de batallón deben arder como nadie con el
amor a los militares y con el afecto prevenir su degeneración ideológica y
motivar su espíritu.
Deben aceptarlo, antes que una orden, como una sugerencia a ustedes, que
han de ser hermanos entrañables de los soldados.
Espero que amen con mayor intensidad a los soldados que se arriesgan en la
batalla, les inculquen la conciencia de la guerra y los convoquen enérgicamente a
luchar heroicamente.
La segunda tarea principal de los jefes e instructores políticos de batallón es
concentrarse en elevar la capacidad de combate del batallón y de esta manera
garantizar en el aspecto militar y tecnológico la victoria en la guerra
revolucionaria
Para reforzar de forma cualitativa nuestras fuerzas armadas y afrontar la guerra
revolucionaria, deben acelerar la formación político-ideológica combinándola
con la militar-tecnológica.
La guerra moderna comprueba a cada momento que un ejército atrasado
en lo tecnológico no puede vencer al enemigo armado hasta los dientes, dijo
Kim Jong Un y enfatizó la necesidad de impulsar enérgicamente la
revolución técnica en el Ejército Popular.
Deben ir al campo de batalla los que puedan prevalecer sobre el enemigo en lo
ideo-espiritual y militar-tecnológico.
Reitero que debemos encauzarnos para consolidar a las fuerzas armadas de la
República en lo militar y tecnológico.
Los jefes e instructores políticos de batallón deben captar acertadamente los
cambios de la guerra moderna y el rumbo principal de la construcción del ejército
poderoso acorde a ellos, formar a todos los soldados como combatientes valientes
bien preparados en lo espiritual, militar y técnico, y como soldados
todopoderosos capaces de manejar con habilidad las sofisticadas armas y
materiales y equipos técnicos de combate y cumplir sin dificultad cualquier
misión de combate.
La capacidad de combate que asegura la victoria en la guerra se potencia en los
ejercicios intensos
Kim Jong Un indicó algunos puntos débiles y deficiencias en que
incurrieron durante la inspección de la preparación de los batallones de todo el
ejército para el combate y enfatizó que para el ejército que tiene la misión de
defender con las armas la patria y el bienestar del pueblo el entrenamiento es la
primera tarea revolucionaria que no deben descuidar en ninguna condición y
ambiente y que no hay otra tarea más importante que ella.
Señaló que los jefes e instructores políticos deben tener siempre proyectado en
la mente y la retina el ambiente del campo de batalla y, al llevar a feliz término la
orientación de 5 puntos sobre la revolución del entrenamiento presentada por el
Partido, deben enardecer la fiebre de los ejercicios prácticos que persiguen
principalmente el cumplimiento de la misión de combate. Todos los oficiales y
soldados deben perfeccionar su capacidad de combate que les permite
materializar correctamente la orden del Partido sobre la operación militar, afirmó
y presentó una serie de tareas para elevar la capacidad de organización y mando
de combate de los comandantes y mejorar sin interrupción la de movilización y
de combate de los batallones.
Aclaró las exigencias de principios que deben mantener las unidades de
operaciones y las de combate de todo el ejército, entre ellas estudiar y aplicar de
manera innovadora el contenido, la forma y los métodos del entrenamiento de
acuerdo al desarrollo y los cambios de la guerra moderna y que puedan decidir el
triunfo en el combate e investigar sin descanso los innovadores métodos y planes
de combate a nuestro estilo.
Aseveró que la elevación de la capacidad de combate de los soldados y la
preparación de la movilización rutinaria de las armas y materiales y equipos
técnicos de combate son precisamente la preparación de la guerra y que en los
batallones de todo el ejército se debe implantar cabalmente el ambiente de
aprecio de las armas y la cultura de su cuidado.
En estos momentos distintos países como EE.UU. y la República de Corea
títere se confabulan en el juego provocativo con el fuego en los contornos de
nuestro Estado, situación que resalta la importancia de los servicios de vigilancia,
puntualizó. Reza un proverbio: si las nubes se reúnen a menudo, llueve, y si se
congregan muchos nubarrones se produce el relámpago, explicó y agregó que en
esta tierra sobre la que se cierne permanentemente el peligro de la guerra, se debe
producir inexorablemente un conflicto militar, razón por la cual deben fortificar
todos los puestos y bases como fortalezas inexpugnables, intensificar todo tipo de
servicios de combate y estar siempre listos para frustrar de inmediato y
categóricamente cualquier provocación enemiga, por muy insignificante que sea.
Kim Jong Un dijo que la tercera tarea principal de los jefes e instructores
políticos de batallón es realizar una dinámica campaña de la capacitación con la
conciencia de que la combatividad del batallón y su victoria en el combate
dependen de su preparación ideo-política y militar-profesional y continuó:
Los jefes e instructores políticos de batallón deben ser comandantes de
campaña, competentes y activos que saben situarse en primera línea antes de dar
la orden y que cumplen de forma cabal y perfecta cualquier tarea a ellos asignada
por el Partido con su gran aptitud y capacidad organizativa y de mando.
Ante todo, han de ser hombres de gran convicción y sentido de la obligación
moral que siguen al Partido sin la menor desviación y poseedores de firme
ideología que están pertrechados firmemente con la idea revolucionaria del
Comité Central del Partido.
También deben cultivar lo más pronto posible la cualidad de dirigir con
habilidad el batallón de acuerdo al propósito del Partido al esforzarse con tesón
para su capacitación.
Kim Jong Un dijo que los comandantes de batallón deben prepararse
cabalmente como poseedores del método de trabajo revolucionario, el estilo de
vida combativo y las nobles virtudes y convertir sus unidades en colectivos
combativos de férrea disciplina militar y con el aspecto digno de las fuerzas
regulares a través de sus ejemplos y la educación sustanciosa a los oficiales y
soldados, y prosiguió:
Jefes e instructores políticos de batallón:
Ustedes no solo son dueños de los batallones, unidades de base de nuestras
fuerzas armadas, sino también cuadros militares y políticos de reserva que
formarán su columna vertebral.
Actualmente, la absoluta mayoría de los oficiales que participaron en la III
Conferencia de jefes e instructores políticos de batallón se han promovido como
cuadros de órganos de mando superiores y dentro de unos años los que están
presentes aquí ocuparán, con toda certeza, cargos más altos que los que
desempeñan en el batallón.
Pero sus años de jefes e instructores políticos de batallón son los más
dignificantes y útiles para el aprendizaje del trabajo, pues en ese período
adquieren valiosas experiencias y aprenden lecciones en varios aspectos de su
trabajo militar, político y de intendencia y cultivan las cualidades y capacidad
propias de comandantes militares y políticos.
Por esta razón, presentamos como principio inviolable promover como
comandantes del ejército a oficiales que antes hayan sido jefes e instructores
políticos de batallón. También en adelante, seguiremos observándolo para
resolver el problema de cuadros militares y políticos, meollo en la
materialización del lineamiento del fortalecimiento del ejército.
El batallón es la cuna de los comandantes y el futuro de nuestro ejército
invencible.
La llave maestra de la construcción del ejército poderoso en la nueva época y
su victoria en la guerra es la preparación de las fuerzas medulares. En este sentido,
son muy importantes la posición que ocupan y la misión que asumen.
Como pilares que se responsabilizan del futuro de las fuerzas armadas
revolucionarias, se esforzarán sin cesar para elevar el nivel y capacidad y cultivar
las cualidades propias de ellos, y dedicarán toda su energía y pasión a cada una de
las labores que realizan, respondiendo de esta manera a la gran confianza que les
deposita el Partido.
Compañeros:
En la actual situación interna y externa, perfeccionar los preparativos de guerra
se presenta como una tarea apremiante que no podemos postergar ni un momento.
Tanto para contraatacar al enemigo que atente, aunque sea en lo más mínimo,
contra la soberanía y la seguridad de nuestro Estado como para conseguir la
victoria decisiva si se desencadena una guerra, el fortalecimiento de los
batallones constituye indudablemente un asunto importante y urgente que
requiere de un avance seguro.
No deben gritar solamente consignas ni hacer juramentos para salvaguardar la
soberanía y los intereses del Estado sino estar cabalmente preparados para
cumplir perfectamente cualquier misión de combate en cualquier momento y
circunstancia.
Prepararse no como el que solamente habla y jura, sino como el que sabe
actuar y combatir apenas se le dé la orden y convertirse en unidad omnipotente
capaz de cumplir perfectamente cualquier misión, es la meta que deben alcanzar
infaliblemente todos los batallones de nuestras fuerzas armadas y el espíritu de
esta conferencia.
Marchemos todos para operar cambios reales y radicales en el fortalecimiento
de la capacidad de combate del batallón, defender al Estado y pueblo y anticipar
la orgullosa victoria en la guerra con el potente disuasivo militar consolidado
durante largo tiempo, bien conscientes de la noble misión y deber que nos han
asignado el Partido y la revolución.
Mis más queridos compañeros de armas;
Comandantes de nuestras fuerzas armadas:
Aprovecho esta ocasión para enviar mis cordiales saludos de estímulo a los
amados oficiales y soldados de todo el ejército.
Armémonos todos firmemente con la idea revolucionaria del Partido y
luchemos enérgicamente por la eterna prosperidad y tranquilidad de la patria
socialista y por el bienestar y felicidad de nuestro querido pueblo