Desfile militar por el aniversario 90 de fundación del ERPC

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Pyongyang, Abr. 26, (ACNC).- Todos los habitantes del país y los
oficiales y soldados del Ejército Popular de Corea, quienes van¿ cumpliendo la gran empresa por el país próspero y el ejército poderoso bajo la orientación del gran Partido del Trabajo de Corea que da vitalidad eterna al linaje de la revolución del Juche, iniciada en el monte Paektu, acogen con orgullo y dignidad el día de relevancia nacional que dio origen a las fuerzas armadas revolucionarias de la República Popular Democrática de Corea.

En celebración del 90º aniversario de la fundación del Ejército Revolucionario Popular de Corea, primeras fuerzas armadas revolucionarias de tipo jucheano, tuvo lugar el día 25 con solemnidad en la capitalina Plaza Kim Il Sung el desfile militar que se registrará en letras doradas en los anales de la patria.

 

Estuvo decorada con luces deslumbrantes la plaza de parada donde se manifestarían plenamente la orgullosa historia y el poderío invencible de las fuerzas armadas revolucionarias que avanzaron victoriosamente teniendo su origen en el monte Paektu y manteniendo la gran idea y espíritu y las nobles proezas y tradiciones.

Los fidedignos infantes paracaidistas dieron un inicio singular al desfile al aterrizar en la plaza demostrando sus fascinantes habilidades de descenso y flameando la bandera nacional de gran tamaño. Apareció el Coro Estatal Benemérito encargado de interpretar la música de la ocasión.

A continuación, se realizó la ceremonia de entrada de la banda militar
general. Mientras resonaban las canciones militares revolucionarias y combativas, la banda dibujó en el suelo con sus formaciones en constante cambio las dos pistolas, que simbolizan el origen de las fuerzas armadas
revolucionarias coreanas, las cifras como «25 de abril» y «90», el emblema del Partido y la palabra «defensa».

El 25 de abril del 21 de la era Juche (1932), fue fundado el Ejército
Revolucionario Popular de Corea por el Presidente Kim Il Sung,
legendario héroe antijaponés, acontecimiento que inspiró la esperanza
sobre la liberación de la patria a los coreanos que se vieron privados de
su lengua y hasta de sus apellidos y nombres por no tener un ejército
capaz de defender el territorio nacional.

La banda militar demostró con melodías ligeras y movimientos vigorosos que aquel día dio inicio a la historia del ejército revolucionario siempre victorioso en el enfrentamiento de 90 años con los enemigos imperialistas más atroces y poderosos y a la noble tradición del único ejército revolucionario del partido, fuerte en la ideología y convicción.

Luego, aparecieron con gallardía en la plaza las columnas de desfile al compás de la música orquestal de victoria que simbolizaba el avance impetuoso de la patria, pese a múltiples dificultades y pruebas. Los participantes en el desfile se encontraban muy orgullosos y dignos por defender la tranquilidad del gran partido, gran patria y gran pueblo.

En las calles contiguas, estuvieron enfilados los armamentos sofisticados de diferentes tipos que muestran el desarrollo prodigioso de las fuerzas armadas de la RPDC que aquel 25 de abril de hace 90 años, habían declarado la guerra de vida o muerte contra los invasores con poco más de 100 fusiles.

Esperaban la orden de despegue y el momento de sobrevolar la plaza de parada las escuadrillas de fuerzas aéreas que defienden como muralla de acero el cielo de la patria con la sagrada misión de salvaguardar el partido y la revolución.
Todos los participantes en el desfile dirigían su mirada hacia la tribuna de la plaza esperando el momento de honor de ser revistados por el estimado compañero Kim Jong Un, destacado líder de la revolución jucheana, símbolo de potencia y representante de dignidad del Partido y el Estado.

Cuando llegó a la plaza junto con la Señora Ri Sol Ju el estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del Partido del Trabajo de Corea, Presidente de Asuntos Estatales y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República Popular Democrática de Corea, se realizó la solemne ceremonia de recepción de la Guardia de Honor del Ejército Popular de Corea.

Tras recibir el parte de recepción del jefe de la Guardia, el Comandante
Supremo pasó revista a ella y los estandartes gloriosos de las grandes
unidades combinadas del EPC. Le acogieron los cuadros directivos del Ministerio de Defensa Nacional y los comandantes de las unidades combinadas y las otras de gran tamaño.

Los comandantes rindieron homenaje al Comandante Supremo quien posibilitó a las fuerzas armadas revolucionarias, pilar del potencial de defensa nacional y baluarte en defensa de la revolución y la patria, hacer galas de su poderío político y militar con este desfile significativo en el día de su nacimiento.

Mientras se interpretaba la música de bienvenida, el Secretario General salió a la tribuna de la plaza junto con la Señora Ri Sol Ju. Todos los reunidos en la plaza le acogieron con los vítores y gritos de «Kim Jong Un» y «Defensa a ultranza». El Secretario General respondió cordialmente con su mano alzada a las aclamaciones de los participantes en la parada y la multitud.

 

 

Los miembros de la Organización de Niños de Corea entregaron ramos de flores al Secretario General y a la Señora Ri Sol Ju. Salieron a la tribuna Pak Jong Chon, miembro del Presidium del Buró Político del Comité Central del PTC, vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido y secretario del Comité Central del PTC, Ri Pyong Chol, miembro del Presidium del Buró Político y secretario del Comité Central del PTC, los cuadros directivos de los órganos de fuerzas armadas como Ri Yong Gil, Kwon Yong Jin y Rim Kwang Il, los jefes y los comisarios políticos de las grandes unidades combinadas y los jefes de las unidades combinadas.

 

Estuvieron presentes en los asientos para los huéspedes de honor Choe Ryong Hae, miembro del Presidium del Buró Político del Comité Central del PTC, primer vicepresidente del Comité de Asuntos Estatales y presidente del Presidium de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC, Jo Yong Won, miembro del Presidium del Buró Político y secretario de organización del Comité Central del PTC, y Kim Tok Hun, miembro del Presidium del Buró Político del Comité Central del PTC, vicepresidente del Comité de Asuntos Estatales y primer ministro de la RPDC.

 

 

También se presentaron en la tribuna Ri Il Hwan, Jong Sang Hak, O Su Yong, Thae Hyong Chol, Kim Jae Ryong, Kim Yong Chol, Jong Kyong Thaek, Pak Jong Gun, O Il Jong, Ho Chol Man, Pak Thae Dok, Kim Hyong Sik, Yu Jin, Pak Myong Sun, Ri Chol Man, Kim Song Nam, Jon Hyon Chol, Ju Chol Gyu, Ri Son Gwon, Ri Thae Sop, U Sang Chol, Kim Yong Hwan y otros cuadros del partido y el gobierno.

Fueron invitados Ri Myong Su, Thae Jong Su, Choe Yong Rim, Kim Kyong Ok y otros cuadros veteranos que trabajaron largo tiempo en el partido, el gobierno y el círculo militar.

Se distinguían en los asientos para invitados los participantes en las festividades del aniversario 90 de la fundación del ERPC. Se realizó con solemnidad la ceremonia de izada de la bandera nacional de la RPDC.

Al compás de la melodía solemne de la canción «Nuestra bandera nacional», entró una columna de mujeres en movimiento pisando la alfombra roja proyectada en la pista de la plaza y describiendo la estrella que brillaba en la gorra militar de la Guerrilla Antijaponesa.

Aparecieron los drones en formación de bandera nacional de gran tamaño. Los guardias de honor del EPC salieron de la fila de estrella, que ha llegado a la parte central de la plaza, y marcharon hacia el asta con la bandera nacional en la mano.

Con el gran coro del himno nacional, se izó despacio la sagrada bandera nacional que simboliza la imagen invencible de la patria y ha registrado todos los milagros y victorias en la tierra patria asegurando el futuro maravilloso del pueblo.

Flameaba en el cielo la bandera que se había enarbolado por primera vez en el firmamento de la nueva Corea liberada del coloniaje japonés por el Presidente Kim Il Sung.

Se trata de la insignia de la Corea socialista que defendió con firmeza el Dirigente Kim Jong Il superando las adversidades de toda índole de la historia, y de la enseña de la potencia muy digna que se ha fortificado con los milagros y cambios legendarios bajo la destacada guía del Secretario General.

Todos los participantes miraron con reverencia la bandera nacional de azul marino y rojo tomando la decisión de enarbolarla generación tras generación y amar y hacer brillar esta patria del pueblo, el socialismo al estilo coreano más valioso.

Se tiraron los fuegos artificiales en el cielo de la plaza. Y se lanzaron 21 salvas en medio de la interpretación solemne de la canción «Patria radiante».

Al pronunciar el discurso de festejo, el Secretario General se refirió al profundo significado de la fundación hace ahora 90 años de las primeras fuerzas armadas coreanas para la historia de la revolución coreana y la nacional y para el desarrollo posterior del Estado y el pueblo.

Señaló que las armas de la revolución, que levantaron los hijos excelentes del pueblo coreano en la selva del monte Paektu, significaron el espíritu independiente de la nación, la esperanza y la bandera de gran unidad y sirvieron de fuerza motriz que sembró la mentalidad de autoestima y la gran potencia en el puño de los coreanos salpicado entonces de lágrimas.

Apuntó que será invencible en lo adelante también la causa socialista al estilo coreano mientras palpite con la sangre y noble espíritu de los mártires revolucionarios el corazón de todos los oficiales y soldados de las fuerzas armadas de la RPDC y se pongan siempre al frente de la revolución esos huestes encarnando la idea y voluntad del PTC y el poderío del Estado y el pueblo.

 

Por último, exhortó fuertemente a luchar con vigor por la tranquilidad y felicidad de nuestro gran pueblo y por la gloria y victoria eternas de nuestro gran Estado.

Escuchando el discurso conmovedor del Secretario General, todos los participantes se sintieron muy orgullosos de ser guiados por el General Insigne sin par y contar con las fuerzas armadas revolucionarias que vienen garantizando la subsistencia y desarrollo del Estado y la felicidad del pueblo defendiendo a ultranza el linaje de la revolución coreana y la idea y causa del PTC.

Acto seguido, tuvo lugar la revista a los preparativos de la parada. El vicemariscal del EPC Ri Yong Gil, ministro de Defensa Nacional de la RPDC, informóal mariscal del EPC Pak Jong Chon, vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido, que las unidades participantes en la parada están enfiladas para ser revistadas previamente.

Luego de su inspección, Pak dio con cortesía al Secretario General del PTC el parte de que está listo el desfile militar en homenaje al 90º aniversario de la fundación del ERPC.

Comenzaron a marchar las columnas de las fuerzas armadas de la RPDC, organizadas en el fragor de la lucha antijaponesa y desarrolladas y fortalecidas como ejército del partido de flor y nata registrando las victorias y glorias en el curso de su historia.

Apareció en la plaza el escuadrón de honor.

La caballería pasó a trotes vigorosos con el mismo espíritu e ímpetu del
ERPC, guiado entonces por el Comandante Guerrillero Antijaponés Kim
Il Sung a caballo blanco.

Marchó bajo la bandera roja la columna en uniforme del período de lucha
armada antijaponesa que constituye la primera generación de las fuerzas armadas revolucionarias que creó por primera vez en la historia el ejemplo de defensa a ultranza al líder y preparó la tradición de triunfar con la idea y convicción.

El bloque del tiempo de Guerra de Liberación de la Patria cruzó la plaza
ostentando los estandartes que transmiten las indelebles proezas de los
soldados heroicos de la década de 1950 quienes crearon el milagro militar inaudito al vencer con fusil a la bomba atómica continuando la gran tradición de victoria de la guerra revolucionaria en que fue derrotada el bandidesco imperialismo japonés que menospreciaba al ERPC como «una gota del mar extenso».

La columna hizo recordar la ardua contienda de 3 años contra la invasión imperialista norteamericana, en que fueron creados en los montes, cielo y mar los mitos de victoria nunca vistos antes en la historia mundial de guerras, haciendo gala del coraje indoblegable de los uniformados del EPC.

Aparecieron en la plaza las columnas del departamento de escolta del CC del Partido y la dirección de escolta del Comité de Asuntos Estatales, defensores del Estado Mayor Supremo de la Revolución Coreana, demostrando claramente el carácter revolucionario y la misión importantísima que asumieron ante la nación las fuerzas armadas de la RPDC.

Les siguieron las filas de la dirección de escolta y la comandancia de escolta que están dispuestas a defender en la primera línea el CC del Partido siendo bastión de acero, al dar continuidad al noble espíritu de la guardia corps de la guerrilla antijaponesa que defendió a costa de la vida la Comandancia de la Revolución.

Desfiló la columna del cuerpo de ejército no. 1, conocido como unidad de tigres del monte Paektu y la primogénita del EPC encargada defender el frente oriental, agitando los estandartes de sus divisiones de flor y nata que provocan el pánico a los enemigos.

Atravesaron los escuadrones del cuerpo no. 2, unidad natal del espíritu de uno contra cien enemigos, y del otro no. 4, que defienden la primera línea del frente occidental, colocando al frente los estandartes de las divisiones y brigadas que frustraron de un golpe las imprudentes provocaciones militares de los enemigos.

Palpitaba en el bloque del cuerpo de ejército No. 5, enclavado en la parte central del frente, la disposición de exterminio al enemigo de los oficiales y soldados de la primera línea del frente quienes realizan méritos militares defendiendo en la delantera la patria y la revolución, al igual que los guardias del tiempo de la pasada guerra coreana.

Al son de la canción militar, pasaron las columnas de las fuerzas navales y aéreas con los estandartes de las flotas navales y de las divisiones de aviación, conocidas como pelotón suicida del mar y escudo del cielo, respectivamente.

Se presentaron en la plaza los lanzadores de misiles de la columna de fuerzas estratégicas, símbolo del poder irresistible de las fuerzas armadas de la RPDC, y les siguió la fila de tropas especiales que asestarán golpe demoledor a los enemigos en cualquier teatro operacional de tierra, mar, cielo si se les llega la batalla decisiva.

El estimado compañero Kim Jong Un extendió saludo combativo a los oficiales y soldados de las unidades medulares en el frente de ataque principal, que defienden confiablemente las primeras trincheras de defensa nacional formando la columna vertebral de las fuerzas armadas revolucionarias.

Todos los integrantes de desfile dieron vítores al Comandante de Acero quien bajo la bandera de transformación de todo el ejército según el Kimilsungismo-Kimjongilismo, abre la era de esplendor de las fuerzas armadas al armar el EPC con el espíritu del monte Paektu y fortalecerlo y desarrollarlo más que nunca como vanguardia de la revolución y el moderno y sofisticado, convertido a la manera del PTC. Pasaron por delante de la tribuna las columnas de los cuerpos que defienden los mares de la patria, las zonas septentrionales y las fronteras, detrás de los cuerpos de artillería antiaérea, No. 91 y No. 3, que cumplen la misión de proteger a Pyongyang, corazón de la revolución coreana, donde está situado el Comité Central del Partido.

Entre los bloques que marchaban a pasos vigorosos demostrando el ímpetu de ejército revolucionario del monte Paektu, heredero de la tradición de la guerrilla antijaponesa que ha grabando en su estandarte la fecha «25 de abril», se distinguían las filas de la División Guardia de Tanques 105 «Seúl» Ryu Kyong Su, la de infantería motorizada no. 425 y otras de las divisiones de tanques y de la infantería motorizada que asumen la misión de ocupar de un tirón las zonas operacionales señaladas por la Comandancia Suprema.

Desfilaron delante de la tribuna los bloques de exploradores, infantería de montaña, unidad operacional de perturbación electrónica y otras especialidades, la Academia Militar General Kim Il Sung, supremo centro de enseñanza militar que garantiza el poderío eterno e invencible de las fuerzas armadas revolucionarias, la Academia Militar y Política Kim Jong Il, plantel docente de formación de los comandantes de máximo nivel del país, la Academia Militar Política Kim Il Sung que contribuye a la conversión del ejército en el poderoso en lo ideo-político y moral, y la Academia de Defensa Nacional Kim Jong Un que hace aporte especial a la formación de los talentosos científico-técnicos de la
autóctona defensa nacional.

Les siguieron los grupos de las academias militares de todos los niveles, dispuestos a arriesgarse y suicidarse para defender al General Insigne quien con su gran afecto y confianza, les inspira la estratagema y audacia incomparable.
Pasaron con vigor al compás de las canciones de marcha las filas de las escuelas revolucionarias que se preparan como pilares de la revolución jucheana heredando con firmeza el linaje de Mangyongdae y el del monte Paektu en los centros de educación para los hijos de mártires revolucionarios donde están sintetizados la idea del PTC sobre la revolución continua y su amor por el futuro y las generaciones venideras.

Marcharon además los bloques del Ejército Rojo Obrero-Campesino, desarrollado como fidedignas fuerzas armadas en defensa de la patria socialista y de la tierra natal que continúan la tradición de la resistencia masiva, creada en el fragor de lucha armada antijaponesa.

Sostenían en alto sus estandartes las filas encabezadas por el secretario responsable del Comité del Partido en la Ciudad de Pyongyang y los otros de los comités partidistas provinciales.

Estaban colmadas del ímpetu combativo la columna del Ministerio de Seguridad Estatal, la de oficiales femeninas de tráfico, la brigada canina y el cuerpo de movilidad especial de las Fuerzas de Seguridad Pública, y la de profilaxis emergente, que ostentaban su aspecto gallardo de tropa política del partido a cargo de salvaguardar las nobles conquistas de la patria socialista y la seguridad del pueblo, y unidad selecta que defiende un flanco de las fuerzas armadas revolucionarias.

El Secretario General estimuló con la mano levantada a las columnas que defienden con firmeza la primera línea de la lucha clasista manteniendo la noble tradición de haber cumplido fielmente su noble misión de defender el líder, régimen y pueblo en los anales severos de la revolución.

Se hicieron ecos los vítores de los participantes en desfile militar como si confirmaran la verdad de que en la defensa del Comité Central del Partido residen el destino de la patria, la felicidad del pueblo y la victoria de la revolución coreana.

Acto seguido, comenzó en el cielo nocturno de Pyongyang el vuelo de parada de las fuerzas aéreas del EPC.

Los aviones sobrevolaron la plaza formando la estrella y laurel y disparando salvas.

Los espectadores lanzaron gritos de admiración viendo el vuelo al ras de tierra y la subida repentina de los aviones. Una escuadrilla en forma de varillas de abanico voló lanzando los fuegos artificiales y reflejando el firme juramento de los pilotos de defender a riesgo de vida al CC del PTC.

A continuación, se inició la marcha de las columnas motorizadas del EPC, destacamento vanguardista de fidelidad que avanza sólo por el camino indicado por el CC del PTC compartiendo el destino con esta organización política.

Aparecieron en la plaza los bloques de misiles tácticos de último modelo con sus estandartes, bien decididos a destruir ya en el momento inicial los pertrechos bélicos de los agresores con su elevada movilidad y capacidad de ataque anonadante.

Cruzó la plaza la fila de tanques principales, símbolo de la combatividad
y puño de acero del EPC. Se percibía la determinación de los tanquistas coreanos de izar antes que nadie la bandera de victoria, si se les llega el momento de batalla decisiva, continuando la tradición de la unidad guardia de tanques del
tiempo de la pasada guerra coreana.

Le siguieron a desfilar las fuerzas artilleras, arma no. 1 del EPC y la más poderosa del mundo, llenas de la voluntad de envolver en llamas las
bases enemigas si se da la orden de disparo del CC del Partido y lanzar las salvas de victoria.

El estimado compañero Kim Jong Un presentó la extraordinaria idea y teoría militares de que la verdadera capacidad defensiva es precisamente la de ataque e hizo cultivar el formidable potencial ofensivo y el predominante poderío militar, capaces de prevenir la guerra, garantizar la seguridad estatal y controlar la amenaza y chantaje de los imperialistas.

Se vio en la plaza el torrente de hierro de los colectivos crecidos como los sofisticados de ataque sin rival bajo la guía del genial estratega militar y
General Insigne sin par.

Marchó imponente la columna de lanzacohetes reactivos supergrandes, uno de los armamentos absolutos de Corea, que pueden devastar en cualquier momento los blancos principales dentro de la zona operacional con un golpe sorpresivo y sucesivo.

Saltaban a la vista los bloques de misiles estratégicos con la fuerte capacidad ejecutiva de guerra, con la cual podrán responder a cualquier modo de guerra en todos los espacios del cielo, tierra, mar y cosmos y frustrar tajantemente cualquier acción de los enemigos.

Entraron uno tras otro en la plaza los armamentos al estilo del PTC, patrimonios eternos de la nación que no serán cambiados por nada e infunden gran orgullo.
Nuestra patria ostenta su gallardía de potencia militar que preparó perfectamente el inagotable disuasivo de autodefensa, bajo la destacada dirección del Secretario General quien cumplió la histórica causa de completar las fuerzas armadas nucleares con su abnegación patriótica y decisión de vida o muerte, de modo que el pueblo coreano pudiera vivir felizmente de generación en generación sin conocer nunca el flagelo de guerra.

La multitud aclamó hacia los armamentos absolutos tipo Juche que enseñan la verdad de que saldrán siempre victoriosos el país y el ejército, que defienden firmemente y llevan adelante la revolución con gran origen e historia y la causa iniciada por el líder, y que hacen conocer el carácter avanzado, moderno y valeroso del Estado.

En medio de la música solemne y el enfoque de luces, apareció en la plaza el ICBM «Hwasongpho-17» que representa las fuerzas estratégicas de la RPDC.

En ese instante, toda la plaza se puso caldeada por el júbilo y la emoción por ver de cerca la figura formidable del ICBM que el 24 de marzo pasado, se lanzó al extenso universo demostrando a todo el mundo la fuerza absoluta de la Corea del Juche y la posición estratégica de la RPDC.

Los reunidos dirigieron máxima gloria al estimado compañero Kim Jong Un, gran defensor de la justicia y la paz y héroe sin par, quien preparó la fuerza estatal más grande después de la fundación del país y abrió la época de la potencia más digna en la historia nacional de 5 milenios, la de dar primacía a nuestro Estado, al dirigir a la patria y el pueblo con la idea y guía destacadas, el amor ferviente y la confianza absoluta.

El paso impetuoso del armamento más poderoso del mundo, que entraña el espíritu del Juche y el patriotismo de todo el pueblo y garantiza el futuro eterno de la patria y la nación, demostró la voluntad inconmovible de nuestro partido y pueblo de impulsar con más vigor el desarrollo sostenible de la capacidad de autodefensa nacional, disuasivo de guerra, que son la raíz de subsistencia y garantía de desarrollo del Estado.

Terminado el desfile militar, estallaron otra vez las vivas estruendosas y se lanzaron los fuegos artificiales al cielo nocturno de abril desde el medio del río Taedong y distintos puntos de la plaza.

El Secretario General del PTC respondió cordialmente con la mano alzada a las aclamaciones de la multitud. La plaza estuvo colmada del entusiasmo revolucionario de todos los participantes por quedarse siempre fieles al Secretario General convencidos de que gracias a él, son invulnerables la revolución coreana, iniciada bajo la dirección del Presidente Kim Il Sung, y el socialismo coreano defendido bajo la guía del Dirigente Kim Jong Il, y será muy
prometedor el futuro de la patria.

El desfile militar en homenaje al aniversario 90 de la fundación del ERPC devino un acontecimiento especial que demostró otra vez a todo el mundo la invencibilidad, la potencia y el aspecto de desarrollo transformador de las fuerzas armadas de la RPDC, que garantizan la continuación y el feliz término de la causa revolucionaria del Juche, poniendo de relieve la gallarda imagen de ejército revolucionario del partido, absolutamente fiel a la idea y dirección del PTC, y de cuerpo armado sin rival que defiende confiablemente la paz de la Península
Coreana y la región.

Igualmente, marcó un hito histórico para dar empuje fuerte a la lucha heroica del pueblo coreano que glorifica la gran época de Kim Jong Un, la nueva de potencia próspera.

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