No hay futuro para Australia, enloquecida por servir a EE.UU.

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Pyongyang, RPDC. May 29, 2023, (ACNC).- El comentarista de asuntos internacionales Ri Jong Su publicó el día 28 del presente mes, un artículo intitulado «No hay futuro para Australia enloquecida por servir a EE.UU.».

Su texto completo sigue:

Volvió a exponer su naturaleza Australia que se sentiría muy afectada si no le colocaran en el primer lugar de los que idolatran a EE.UU.

La prueba reciente de ello es que hace poco, el MINREX de ese país publicó el llamado proyecto de dar prórroga a la sanción independiente contra la RPDC.

Al prolongar el día 12 por segunda vez después de 2020 las medidas de sanción contra 2 individuos y 6 firmas, definidos en 2017 como blancos de sanción independiente, esa cartera arengó que «seguirá imputando la responsabilidad al Norte de Corea y a los que quieren ayudarle a evadir la sanción».

Ya se ha confirmado como entendimiento común de la sociedad internacional y verdad el hecho de que es imposible atar de pie a la RPDC con el cordón podrido llamado sanción impuesta por EE.UU.

Por una parte, causa la compasión la conducta de Australia, que sin darse cuenta de tal realidad, no se libera todavía de su hábito anacrónico y anticuado ni de su misión ilusionista.

El célebre autor español Cervantes dejó en la historia literaria de la humanidad su obra maestra «Don Quijote».

El protagonista Don Quijote aceptó como su «cargo» y «profesión» para la «consagración a la humanidad» corregir cosas malas y eliminar daños recorriendo el mundo.

Si EE.UU. fuera el Don Quijote de versión moderna que arma escándalos por doquier del mundo considerando como su destino innato dominar el mundo, Australia sería el renacido sirviente Sancho Panza que acompaña en ese viaje absurdo soñando con el cargo de gobernador de un pequeño país isleño.

Entre los países aliados de EE.UU., Australia estableció primero las relaciones de alianza con este imperio mediante «ANZUS» fundado en septiembre de 1951.

Es lacayo proyanqui que supera a Japón y el Sur de Corea, que concertaron en abril de 1952 el Tratado de Seguridad EE.UU.-Japón y en octubre de 1953, el tratado de defensa mutua, respectivamente.

Ingresó en 1954 a SEATO (Organización del Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático), una de las alianzas militares organizadas por EE.UU. en cada región, y en 1956, a 5 Ojos (EE.UU., Gran Bretaña, Australia, Canadá y Nueva Zelanda), alianza de inteligencia en que cada uno de estos países vigila todos los países y naciones, excepto a la raza anglosajona, encargando un quinto del mundo dividido en 5 partes.

Así estuvo siempre al lado de EE.UU. ese sirviente fiel.

Pero, lo único que correspondió a Australia como resultado fue los abandonados restos mortales de sus efectivos que murieron en los campos de agresión y guerra, causadas por EE.UU. en diferentes lugares del mundo, inclusive Corea, Vietnam, Afganistán e Irak.

En septiembre de 2011, un instituto australiano publicó comentario dedicado al 60º aniversario de establecimiento de la alianza con EE.UU. y apuntó en su texto que su país viene apelándose a los fuertes a cualquier precio.

Valdría decir que es el párrafo que ha reconocido correcta y francamente en sentido relativo la historia del pasado de Australia que viene manteniendo su existencia obedeciendo históricamente a ciegas a EE.UU.

Hablando a menudo de la supuesta «amenaza» de alguien, Australia se involucra una tras otra en las alianzas exclusivas lideradas por EE.UU. como QUAD y AUKUS y trata de conducir poco después hasta el submarino de propulsión nuclear que le proporcionará ese imperio. Este hecho demuestra que ese país está obsesionado por cumplir el papel de patrulla y brigada de choque para la realización de la ambición de EE.UU. sobre la hegemonía mundial olvidando las lecciones del pasado.

Australia toma la delantera también en la campaña de EE.UU. para sancionar y presionar a la RPDC, orientada a acabar con la soberanía de ésta y sus derechos a la autodefensa y existencia.

Repite como papagayo las calumnias de su amo gringo como «canalla» y «bribón» y participa sin falta en los demenciales ejercicios bélicos para la segunda guerra coreana, tales como el entrenamiento militar conjunto Ulji Freedom Guardian y el de desembarco combinado Sangryong.

Publicó seguidamente las medidas de sanción independiente desde que se aprobara en octubre de 2006 la «resolución de sanción» anti-RPDC no. 1718 cuestionando la primera prueba nuclear que ha realizado ésta de manera justa.

Desde 2018 hasta la fecha, envió en 19 ocasiones los buques de guerra y aviones de distintos tipos a las aguas cercanas a la Península Coreana so pretexto de vigilar las «actividades marítimas ilegales» de alguien.

Australia está tan enloquecida por servir a EE.UU. que se porta como imbécil que si desea éste, se abalanza al rival sin sopesar el peso de éste ni pensar en las posibilidades de ganar o perder y se tira sin vacilación alguna hasta en el infierno siguiendo la indicación del imperio.

El que no recuerda su pasado, lo repite.

Parece que no le bastan todavía a los políticos australianos 340 muertos entre los movilizados en la pasada guerra coreana, desatada por EE.UU.

Aunque Australia llegue a poseer en el futuro el submarino nuclear o algo más, no podrá esperar su futuro prometedor mientras no se quite la deshonra de sirviente y perro mimado de EE.UU.

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