
Los que visitan la RPD de Corea dicen por unanimidad que los trabajadores ordinarios coreanos disfrutan a sus anchas de toda la felicidad.
En la RPD de Corea no hay ni un desempleado. Los hombres con capacidad de trabajo tienen el derecho a elegir oficios según la aspiración y el talento. El Estado asegura a todos empleos estables. Los sanatorios y casas de reposo acondicionados en muchas partes del país sirven al fomento de salud de los trabajadores. Específicamente, las casas cuna, jardines infantiles, hospitales pediátricos y otras comodidades favorecen mucho a las mujeres en activo.
Las viviendas se construyen a expensas estatales y se distribuyen gratis a los ciudadanos.
Los corrientes pedagogos, científicos, técnicos, obreros y campesinos son moradores de modernas viviendas inauguradas últimamente en todas partes del país incluyendo repartos majestuosos de la capital Pyongyang.

En la RPD de Corea están acondicionados los centros de la vida cultural como el Complejo de Piscinas de Recreación de Munsu y los de servicio médico como el Hospital Pediátrico Okryu y el Hospital Universal Oftamológico Ryugyong.
Lo que presta atención es que todos los modernos edificios, equipos e instalaciones con colosales inversiones se dedican a los trabajadores ordinarios
Ahora en la Corea socialista se lleva a la práctica la “política 20 X 10 para el desarrollo local” que incluye la construcción de las instalaciones sanitarias, los servicios complejos y establecimientos de administración de cereales, destinada a colocar en un peldaño más alto el nivel de la vida material y cultural elemental de los habitantes locales que ocupan mayor parte de la población.

Las prensas coreanas transmiten que en su país todas las cosas están al servicio de las masas trabajadoras y el fomento del bienestar de ellas constituye el principio supremo en las actividades estatales, lo cual merece una atención profunda de la sociedad internacional.