El nombre de Recep Tayyip Erdogan suena mucho en Turquía. Se trata de uno de los políticos más populares y con mayor trayectoria en ese país. Ha estado en el poder durante doce años en diversos cargos que van desde alcalde hasta primer ministro, pasando por el cargo titular del Ministerio de Asuntos Exteriores y desde 2014 detenta la presidencia. Este domingo, Turquía fue a un referendo para decidir si le permiten asumir un mayor rol político, lo cual fue aprobado por un margen muy escaso que ha puesto a la Unión Europea en desconfianza sobre el proceso electoral.
La Comision Suprema Electoral determinó una pequeña victoria para Erdogan con un porcentaje de 51.37%, frente al 48,63% del No, en momentos en que se lleva un escrutinio del 99,45% y con una participación del 85,55%. Sin embargo, a la institución le tomará al menos doce días determinar el resultado definitivo.
En caso de que Erdogan salga vencedor, podría instaurar una serie de reformas que le permitirán cambiar el estatus político de Turquía de un sistema parlamentario a una república presidencialista con un jefe de Estado con mayor poder ejecutivo, aumentar sus atribuciones legislativas y su influencia en la justicia.
“Por primera vez, estamos cambiando el sistema de gobierno a través de la política civil. Eso es significativo”, dijo Erdogan. !Y ha pedido a los países extranjeros que respeten el resultado».
Sin embargo para los observadores de la Unión Europea, el referéndum sobre la reforma constitucional en Turquía «no cumplió los estándares» del Consejo de Europa y sostienen que el «marco legal» de la consulta no fue el adecuado para «un proceso genuinamente democrático».
La oposición afirmó que el proceso fue manipulado y aseguró que no reconocerá el recuento. “Impugnaremos el resultado de dos tercios de las urnas; nuestros datos muestran que ha habido una manipulación de un 3% al 4% de los votos”, afirmó la principal formación kurda del país, el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP).
