
No nací en Cataluña, pero soy catalana por sangre y porque vivo en estas tierras a las que amo tanto como a mi propio país de nacimiento.

Hace años que algunos catalanas tienen el deseo de ser independientes de España. Pero nunca como ahora había surgido un grupo que la buscará con tanto empeño.
Si analizamos lo que significa independizarse, encontramos que aquellos que lo desean son personas que viven en una especie de esclavitud frente a un gobierno, pueblo o patrón que les exige demasiado, que les maltrata, que no respeta sus derechos…
Cataluña es una comunidad de España con los mismos derechos y obligaciones que las demás comunidades. A nadie se le esclaviza y todos vivimos una vida pacífica, ordenada y con derechos que nos hacen ciudadanos de España y de la Unión Europea.
Personalmente hago constar que vivo maravillosamente en una de las ciudades más hermosas de Europa. Barcelona.

Es claro que si el grupo que favorece la independencia la consiguiera, condenarían a un grupo mucho mayor a convertirse en lo que no quieren. Seríamos catalanas, pero perderíamos los derechos europeos y españoles.
Políticamente saldría automáticamente de la Unión Europea. Y el nuevo país se vería con fronteras hacia España por un lado y hacia Francia por el otro. Pagaría aranceles que actualmente no paga. Y se enfrentaría a la dificultad de crear su propia moneda. Su propio congreso, policía, milicia y hasta sus dos grandes equipos de fútbol dejarían de serlo puesto que ya no podrían jugar en las ligas europea, etc. Sus jugadores buscarían equipos de nombre que les den prestigio.

Querer independizarse no es cuestión de un ideal, es una gran empresa con serias dificultades. Habría que preguntarse si ese ideal vale la pena tanto, como para perder las garantías sociales y paz adquirida tras tantos años. Si vale la pena como dijo Vargas Llosa: Volver al tercer mundo. A comenzar de cero, sin apoyos. Cuando en realidad no se independiza de un opresor, de una situación de víctima o esclavismo.
Desde el punto de vista democrático, son muchos más los catalanes que desean seguir siendo lo que hoy son, que los que desean emprender la enorme tarea que significa crear una nueva nación. Por desgracia, tal y como pasó en Reino Unido se realiza un plebiscito sin informar de todas las consecuencias de votar un sí o un no.

Hoy vimos un parlamento catalán debilitado y por tanto su voluntad de independencia en voz de su presidente se percibió más condescendiente . ¿Ya lo pensaron mejor? ¿Han puesto emoción y razón en la balanza?
La historia no ha acabado, esperan dialogar, negociar… Empiezan a dar largas. Y a mí me recuerdan de nuevo al Reino Unido, estos ya no saben cómo decir que siempre no. Pero Europa se los dijo, si te vas no regresas. Si Cataluña se independiza, muchos catalanes buscaremos refugio en España o en otros países de Europa, seremos echados de la tierra que amamos…
En un mundo globalizado ya no es momento de divorcios, es momento de uniones que fortalecen!