Torpederos coreanos hundieron un crucero pesado enemigo
A principios de julio de 1950 se libró una enconada batalla naval asimétrica en el mar frente a Jumunjin del Mar Este de Corea entre la flota norteamericana y los cuatro torpederos de la armada del Ejército Popular de Corea. La primera estaba compuesta por el crucero Baltimore de 17 300 toneladas de desplazamiento con 1 700 tripulantes y 69 cañones de varios tipos, que se llamaba un “islote flotando sobre el mar”, y un crucero ligero y un destructor. Podían construir 13 000 torpederos con el costo de hacer un crucero pesado como el Baltimore.
La “flota invencible” intentó cercar los torpederos coreanos. Pero, la escuadrilla coreana se abalanzó hacia el crucero pesado enemigo aun en medio de un fogonazo intenso. Dos torpedos acertaron el casco y el tercero, el centro. Como consecuencia el Baltimore fue hundido y el crucero ligero averiado. Es un milagro digno de mención especial en la historia mundial de guerra naval, incomparable con el combate en el golfo Leyte registrado como la “victoria más brillante” en los anales norteamericanos de batallas navales. En esa batalla librada en octubre de 1944, a finales de la Guerra del Pacífico EE.UU., echó a pique un crucero pesado japonés con la movilización de un portaaviones, destructores y aviones.
En los tres años de la guerra coreana fueron hundidos y averiados más de 560 buques de guerra estadounidenses.
Se quebrantó la “superioridad aérea”
El prodigio se creó también en el cielo.
Cuando estalló la guerra, la RPD de Corea tenía fuerzas aéreas incipientes dotadas de aviones de hélice. Sin embargo, los aviadores coreanos, con el uso de métodos de combate originales presentados por el Presidente Kim Il Sung, derribaron muchos aviones de última forma norteamericanos incluyendo el bombardero estratégico “B-29” llamado “fortaleza del cielo”. Derribar con aviones de hélice a los de reacción como “B-29” y “F-80” era un hecho milagroso inaudito hasta entonces en la historia de fuerzas aéreas del mundo.
También en la tierra los soldados del Ejército Popular, con armas de tiro, abatieron los aviones enemigos en cumplimiento de la orden del Presidente Kim Il Sung sobre desplegar el movimiento de grupos de cazadores de aviones. En dos años desde su inicio, aquellos grupos derribaron 3 000 aviones enemigos. Era también un milagro sin precedentes en los anales de guerras mundiales.
Según datos, por esos grupos y la aviación coreanos fueron derribados y destruidos más de 12 220 aviones norteamericanos durante la Guerra Coreana.
