Discurso de Kim Jong Un en la inauguración del Hospital Universal de Pyongyang

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Discurso pronunciado por el camarada Kim Jong Un en la ceremonia inaugural del Hospital Universal de Pyongyang

Queridos ciudadanos de Pyongyang;
Delegados de la fiesta de octubre;
Oficiales y soldados de las tropas de construcción y demás constructores que han
hecho realidad otro sueño del Partido levantando magníficamente este moderno hospital
en Pyongyang, nuestra capital;
Trabajadores sanitarios y empleados del Hospital Universal de Pyongyang;
Compañeros:
Ha llegado al fin el tan ansiado momento de la inauguración del Hospital Universal
de Pyongyang.
El orgullo de haber recogido el primer fruto de la revolución sanitaria que nuestro
Partido ha emprendido por las valiosas vidas y el palpitar de nuestra preciosa existencia y
de haber convertido al fin en una realidad tangible lo que era un mero ideal años atrás,
me colma de emoción.
Francamente, es la primera de las labores que más quería hacer y que ocupaba el
lugar más importante en mi alma.
Últimamente, en distintos lugares se han levantado modernos centros sanitarios, pero
el auténtico hospital en todos sus aspectos es el Hospital Universal de Pyongyang que
acabamos de construir.
Un moderno centro sanitario es indispensable para el disfrute del pueblo trabajador
de los derechos otorgados a él por el Estado.
Con el progreso del tiempo, la demanda de la protección de la vida y el fomento de
la salud se coloca por encima de la de la vida material y económica y la situación
sanitaria de un país es, por decirlo de algún modo, el parámetro y el espejo de su imagen
y el carácter de su sistema.
Nuestro sistema de salud pública es el más ventajoso y popular que aprecia más que
nada la vida humana y en que el Estado atiende con responsabilidad la salud de todo el
pueblo. Mas, en la actualidad su base material y técnica es más débil que la de cualquier
otro renglón y el establecimiento sanitario es el más atrasado.
Por esa razón, desde hace mucho tuve en la mente la construcción de un hospital
universal de primera clase capaz de desempeñar la función y el papel medulares en la
salud pública del país e impulsé sus preparativos durante varios años.

Este es un hospital moderno desde el estilo arquitectónico. Todos sus componentes y
su entorno espacial facilitan la tranquilidad espiritual y psíquica de los enfermos y cubren
todas las exigencias del arte arquitectónico moderno. Los establecimientos y equipos
especializados en distintas especialidades contribuyen a la higiene, la cientificidad y
agilidad del servicio médico.
Ha sido muy costosa la construcción del hospital, pero ahora tenemos el mejor
hospital capaz de ofrecer al pueblo el óptimo ambiente terapéutico y el avanzado servicio
médico. Este hecho me proporciona suma satisfacción y el inusitado orgullo de hacer la
revolución.
La construcción en la parte céntrica de la capital de este establecimiento sanitario
universal y moderno que puede velar con mayor seguridad por la salud y la vida del
pueblo es un acontecimiento digno de registrarse en la historia de nuestra era en cambios
que realiza al pie de la letra el hermoso sueño e ideal del pueblo.
Lo que más me alegra hoy es haber logrado mi verdadero propósito de entregarle al
pueblo este hospital como un regalo cargado de amor.
En cuanto al proceso de su construcción, que mencioné con anterioridad, hubo una
serie de dificultades y complicaciones debido a la ambición de notoriedad de unas
personas complicadas y la indisciplina en la organización. Sin embargo, hemos sido
fieles hasta el fin a nuestro deber, adoptando incluso medidas pertinentes, cumpliendo
con nuestro sagrado cometido del servicio incondicional al pueblo.
La política del Partido no debe ser mancillada bajo ningún concepto por la ambición
de un individuo.
Por preservar el carácter popular de esa política, estamos aquí con ustedes con la
frente bien alta.
Les aseguro que la vida de la política del Partido del Trabajo de Corea se nutre de su
absoluto carácter popular.
Este hospital pasará a la historia como cúmulo de la inmaculada y fervorosa
devoción del Partido, decidido a encargarse enteramente de su edificación,
acondicionarlo todo en el nivel supremo y entregarlo todo al pueblo.
He aquí el verdadero valor de este regalo al pueblo con motivo del aniversario de su
fundación.
En esta cita alegre quisiera agradecer de forma especial a nuestros oficiales y
soldados de las unidades guardia, a todos los demás constructores y a los trabajadores de
los órganos de diseño, quienes levantaron este magnífico hospital en apoyo de la política

y la determinación del Partido de desarrollar la salud pública y con su abnegación laboral
y devoción atenta.
Igualmente, felicito a los funcionarios, médicos, enfermeras y otros empleados del
hospital quienes están presentes aquí con la satisfacción de trabajar en él y conscientes de
su deber sublime de servir.
Compañeros:
Todas las labores que nuestro Partido proyecta e implementa vigorosamente tienen
como único objetivo velar por la vida del pueblo y mejorar su calidad, y esto acelera
inexorablemente el desarrollo del sector sanitario.
La estrategia de nuestro Partido sobre la modernización de la salud pública es, en
una palabra, la modernización paralela y simultánea.
O sea, construir de manera paralela los hospitales a nivel central y local, los
establecimientos sanitarios particulares y las infraestructuras del servicio médico de todo
el país, simultanear la terapéutica, el servicio, la formación de talentos y la investigación
científica, y de esta manera alzar a la vez la salud pública del país.
Podemos afirmar que es precisamente este hospital la sólida base que conducirá el
impetuoso curso de la revolución sanitaria y la matriz de la modernización sanitaria que
acabamos de comenzar y que se hará tangible a los ojos del pueblo entero.
Como centro de diagnosis y tratamiento, de investigación y divulgación clínicas, de
intercambios científicos y de formación de especialistas capaz de desempeñar el papel
protagónico en la modernización sanitaria, el hospital es el protagonista, orientador y
cooperador del progreso sanitario que posibilita la dirección científica, profesional y
sistemática y la ayuda material, técnica y de recursos humanos a todos los demás
hospitales del país que se van a construir.
Pronto aquí se van a preparar los abanderados y núcleos que protagonicen la
modernización sanitaria y es de esperar que se creen y se difundan a lo largo y ancho del
país los nuevos manuales y las excelentes experiencias en el tratamiento, la investigación
científica y además en el servicio, la administración y el funcionamiento.
Hoy, en este punto de partida de una nueva revolución que persigue innovaciones y
saltos en el sector sanitario, hemos concluido exitosamente un trabajo importante y de
gran significación.
Compañeros:

Es muy importante la misión del hospital y un gran peso recae sobre los hombros de
cada uno de los funcionarios, médicos, enfermeras, obreros y técnicos del hospital aquí
presentes.
Como estamos en vísperas de su inauguración, les incumbe consagrarse de lleno a
los preparativos de su funcionamiento.
En nuestro país, por vez primera ponemos en funcionamiento un hospital de
avanzada tecnología y brindamos el servicio médico de supremo nivel.
Particularmente, nuestros trabajadores sanitarios tienen poca experiencia de haber
puesto en funcionamiento la moderna instalación sanitaria combinada, por lo que sería
bueno que tengan un pleno conocimiento de los equipos y que normalicen en noviembre
el funcionamiento del hospital.
Es necesario cuidar debidamente los valiosos equipos y aparatos, indispensables en
el tratamiento adelantado y dominar sus distintas funciones, mejorando realmente el
servicio médico.
Han de renovar de continuo las funciones encaminadas a potenciar el nivel, la
comodidad y la utilidad del sistema de servicio médico inteligente del que se dota el
hospital, para así elevar constantemente el nivel de la informatización integral de las
actividades sanitarias y administrativas del hospital.
Hemos estructurado el equipo médico del hospital seleccionado uno a uno a los de
más nivel y experiencias clínicas de la salud pública, los más competentes y
prometedores que serán el centro de este sector. Todos ustedes, sin excepción, deben ser
genuinos servidores sanitarios que sirven solamente al pueblo con los conocimientos y
técnicas que les ha enseñado el país, y un colectivo digno de la confianza y el
reconocimiento del pueblo.
En la era actual en que la ciencia y tecnología avanzan a un ritmo acelerado, cambios
y transformaciones antes inimaginables se producen también en el sector sanitario, por lo
cual jamás debemos contentarnos con los conocimientos, técnica y experiencias que
poseemos.
Les corresponde adquirir sin cesar la más reciente tecnología médica, aplicar
activamente en la práctica los métodos de diagnosis y terapéutica que concuerden con la
tendencia de desarrollo de la medicina contemporánea y así elevar constantemente el
nivel cualitativo del servicio médico.
Deben prestar atención a organizar y realizar con métodos acertados la
recapacitación, la práctica y la exposición de experiencias y logros científicos y técnicos,

consagradas a ensanchar la visión de los médicos y elevar su técnica, así como crear
condiciones favorables para la investigación y la consulta comunes de los especialistas
con los de órganos sanitarios extranjeros.
Como ya he mencionado antes, cada una de las tareas de este hospital adquieren un
significado trascendental para la revolución de la salud pública y muchas de ellas las
intentamos por primera vez y las debemos formular nuevamente estudiándolas y
aplicándolas.
Entre ellas destaca el estudio, la aplicación y la formulación de los más apropiados y
eficaces métodos terapéuticos y administrativos que puedan cubrir la demanda del pueblo
de recibir tratamientos científicos y adelantados de los doctores de elevada técnica y
profesionalidad en un modernizado hospital.
En la actualidad, nuestras labores marchan con lentitud y dificultad, sujetas a los
métodos de operación y administración que se distancian de la realidad y a las leyes
arcaicas.
Ya estamos acostumbrados a ellos y han perdurado decenas de años. Pero, renovar
radicalmente los aparatos del sistema que ya han perdido su vitalidad, no aportan ningún
beneficio real al pueblo ni sirven para nada, el sistema estructural que al no ajustarse a la
realidad pone trabas al desarrollo sanitario y los inadecuados métodos de funcionamiento,
son tareas impostergables que hemos de impulsar a toda velocidad.
Nuestra decisión es encontrar y aplicar primero en este hospital los métodos y
remedios eficaces que concuerden con la exigencia del pueblo y la realidad y, en la
misma medida que se vayan confirmando sus ventajas y vitalidad, crear condiciones y
ambiente jurídicos pertinentes y generalizarlos conforme a la situación concreta de las
localidades, unidades y objetos.
La revolución es literalmente una lucha para cambiar todo lo arcaico y atrasado por
lo nuevo y adelantado y acompaña inevitablemente un cambio cualitativo.
Para que los resultados de la revolución sanitaria nada fáciles de conseguir
contribuyan de veras a la protección de la vida y el fomento de la salud del pueblo y para
garantizar el desarrollo sostenido y de largo alcance de la salud pública socialista que
tiene bajo su responsabilidad la salud de toda la población, debemos resolver a toda costa
este problema.
De hecho, la fragilidad de la salud pública en comparación con otros sectores y el
estancamiento de su desarrollo tienen su causa.

Es precisamente el mal político de insistir terca y obstinadamente, hablando de la
perdurabilidad y peculiaridad del sistema sanitario, en el actual sistema y métodos de
administración, a sabiendas de que conllevan evidentes limitaciones de la época y el
conjunto de salud pública, maniatado por ellas, no da un paso de avance, es decir, el
sistemático y erróneo modo de pensar y actitud de trabajo en el sector.
Es consabido que si bien es un cambio indispensable e inevitable y el trayecto está
claramente delineado, los hospitales no cumplen sus deberes y la industria de
instrumentos médicos y la farmacéutica se han estancado y retroceden debido a aquellos
funcionarios que, de brazos cruzados sin tomar medidas, incurren en la excesiva elusión
de responsabilidad y el pancismo.
Subrayo con toda intención que resolver este problema constituye la misión y la
responsabilidad de nuestra Ley sobre la Salud Pública que debe servir para mantener el
carácter popular del sistema sanitario socialista e impulsar el desarrollo del sector
sanitario, así como el quehacer de suma importancia de la política estatal.
De paso, quisiera decir que el índice principal de la revolución sanitaria debe ser el
desarrollo sostenido de la ciencia y técnicas de la medicina nacional y la renovación de la
ley de la salud pública. En esta labor el hospital es el encargado, colaborador y
participante.
Si preceden en el hospital los preparativos materiales y técnicos para introducir en el
tratamiento de enfermos los últimos adelantos científicos y técnicos, sobre esta base les
seguirán el desarrollo de la ley de la salud pública del país y el rápido avance de la
ciencia y tecnología médica.
En adelante, elaborarán los diseños de hospitales según el plan de largo alcance
trazado a base del actual nivel científico y técnico de la medicina y la previsión exacta de
la demanda inmediata, la tendencia de desarrollo perspectivo y el cambio de las
demandas, y establecerán una estructura correspondiente que garantice jurídicamente su
implementación.
En este lugar están presentes también los miembros del órgano de dirección del
Comité Central del Partido. Ustedes sabrán lo que pueden hacer para que el Hospital
Universal de Pyongyang cumpla de forma satisfactoria su misión como centro que
propugna el desarrollo de los establecimientos médicos y sanitarios de nuestro país.
Confío en que todos seguirán con el sentido de responsabilidad y la práctica
voluntaria el proyecto del Partido de desarrollar nuestra salud pública como la más
avanzada con el vigoroso respaldo de su modernización.

Compañeros:
En el día de hoy hemos dado un paso gigante hacia la revolución sanitaria.
Pero, este no es más que un nuevo jalón que nos hemos propuesto y una nueva
partida.
La modernización sanitaria debe continuar hasta cuando podamos ofrecer
satisfactoriamente los beneficios médicos a todo el pueblo y la debemos acelerar
ininterrumpidamente.
En este encuentro de hoy quisiera referirme a una serie de planes de la
modernización sanitaria.
Ante todo, vamos a crear aparte una entidad especializada en el diseño de las
instalaciones sanitarias.
A estas alturas en que se vigoriza la modernización sanitaria, nuestra prioridad debe
ser el diseño de instalaciones sanitarias.
Estas son, por decirlo así, el conjunto del arte arquitectónico y la síntesis de las
técnicas arquitectónicas.
El hospital es un espacio riguroso de la técnica profesional donde desde la base de la
infraestructura hasta el último equipo y aparato deben ser compatibles en lo técnico y
también una especie del espacio cultural que debe dotarse también de un complejo de
servicios. Por tanto, su diseño requiere de una profesionalidad mucho más refinada que
otras arquitecturas como teatros y hoteles.
En vista de las características de instalaciones sanitarias, la renovación incesante de
su aspecto arquitectónico demanda una atención constante.
Cada vez que termina una obra importante, se reglamentará hacer el diseño de
balance.
Este hospital se ha renovado y desarrollado bajo el principio de dar importancia a la
utilidad, capacidad, profesionalidad y funcionalidad del establecimiento y asegurar la
eficiencia económica y el provecho real en el diseño arquitectónico.
Pero en el proceso de su construcción algunas partes fueron rehechas debido a
elementos deficientes del diseño y, si la observamos con visión de futuro, hay detalles
que nos dan pena aunque sean insignificantes.
Con el diseño de balance podemos aspirar constantemente al avance promoviendo el
lado positivo y rectificando los defectos, y cada una de las construcciones será la
continuidad de la nueva exploración e incesante desarrollo.

En la construcción de hospitales debemos perseguir la suprema modernidad,
progreso y profesionalidad.
La tendencia del sector sanitario, que está más atrasado que otros, debe dirigirse a
introducir de forma intensiva lo más desarrollado y avanzado ya en la etapa de
asentamiento del cimiento, hasta hacerlo nuestro.
Hace falta tomar con urgencia medidas de organización y aparato para crear un
instituto de diseño especializado en la arquitectura de hospitales centrales, provinciales,
urbanos y distritales, clínicas y farmacias.
Además, estudiaremos la organización de un grupo u organismo que se encargará de
la modernización sanitaria.
No cabe la menor duda de que con el actual Ministerio de Salud Pública, que solo
tiene el nombre, no se puede hacer nada ni dar un paso adelante.
Actualmente, para construir un hospital o una farmacia, el órgano de diseño exige
habitualmente el programa técnico al Ministerio de Salud Pública.
Por lo tanto, lo reproché hace poco.
Si van a las personas carentes del conocimiento y la noción y exigen el programa
técnico a estos que se autodenominan el Ministerio de Salud Pública, ¿qué documento
razonable saldría de ellos?
¿Qué se puede esperar de aquellos que están de brazos cruzados, sin hacer nada, ante
los hospitales y la base sanitaria estancados desde hace más de medio siglo?
Pongamos por caso el uniforme de los médicos y las enfermeras del Hospital
Universal de Pyongyang.
La vez pasada, viendo su bata elaborada quedé atónito y los reproché duramente
diciéndoles que parecía un saco confeccionado con una sábana.
Dicen que por no estar estandarizado el uniforme de enfermera, en la Dirección
Central de Diseños Industriales lo han diseñado y confeccionado nuevamente, pero es
idéntico al de limpiadora o peluquera.
¿Cuesta confeccionar debidamente el uniforme de médico o de enfermera más que
levantar una fábrica? Y, ¿cuesta un dineral confeccionar su diseño?
Una sola ojeada a los datos extranjeros les habría ayudado a elaborar unos diseños
para confeccionar apropiadamente el uniforme, pero el Ministerio de Salud Pública y la
mencionada Dirección ni siquiera lo intentan.
¿Acaso es esto el concepto que tiene un órgano estatal de servir con sinceridad al
Estado y el pueblo y el espíritu de servicio del que hablamos?

¿Es esto todo lo que pueden hacer?
Con solo este hecho puedo adivinar sin dificultad el nivel de quienes integran el
actual Ministerio de Salud Pública.
Para ilustrar a estas personas carentes del conocimiento, la noción y hasta el afán de
trabajar y exigirles que hagan lo que sea de su incumbencia, el tiempo del que
disponemos es demasiado corto.
De ahí que tomamos la decisión de organizar un grupo o un centro de investigación,
pase lo que pase.
Con esas medidas y con la experiencia de haber construido el Hospital Universal de
Pyongyang, nos proponemos construir en Pyongyang otro hospital universal.
Son grandes el tamaño y la cabida del Hospital Universal de Pyongyang, pero
teniendo en cuenta el número de los capitalinos, construiremos otro moderno hospital
que cubra satisfactoriamente la demanda de la consulta y el tratamiento.
También contemplamos el proyecto de construir hospitales universales, como este de
nivel central, en las capitales provinciales, así como la posibilidad de instalar
establecimientos médicos, puentes indispensables entre los hospitales urbanos y
distritales y la clínica comunal, como parte del trabajo de consolidar la base de la salud
pública del país.
Vamos a mencionar esos planes de trabajo en el informe del próximo Congreso del
Partido.
Compañeros:
Nos mantenemos invariables en la posición de que no se puede hablar de ningún
poderío ni superioridad con respecto a un Estado desprovisto de la voluntad y capacidad
de cubrir la demanda de su pueblo de la preservación de la vida y la salud.
Si desean que les exponga con toda claridad nuestra voluntad, es impulsar
enérgicamente la construcción de nuestra salud pública y transformarla en un futuro
cercano.
La capacidad sanitaria es, en efecto, un asunto de vital importancia, equivalente a la
capacidad de defensa nacional para proteger de la amenaza de guerra la vida y seguridad
del pueblo.
Pienso que asentar la base sanitaria debe ser la mayor prioridad del Estado, tanto en
vista de la exigencia intrínseca de nuestra sociedad que aprecia más que nada la vida
humana como en atención a la demanda de la realidad en que la salud pública se asocia
más estrechamente a la seguridad y el porvenir del Estado.

La importante tarea de la revolución sanitaria que asumimos con valor en aras de
nuestro invaluable pueblo exige a nosotros, revolucionarios fieles a nuestro deber, luchar
infatigablemente y redoblar los esfuerzos.
Compañeros:
Corramos a toda velocidad hacia el horizonte de una era más hermosa donde nuestro
pueblo disfrutará de una vida abundante y culta, preservará inquebrantable su salud y
vivirá felizmente.
Deseo de todo corazón que el Hospital Universal de Pyongyang sea glorificada por
muchos años como hogar de la energía y la vitalidad inagotable, como protector de la
salud y la risa de nuestro pueblo.
Al concluir este discurso inaugural, formulo mis mejores votos de buena salud y
dicha para todos y juro una vez más servir con más lealtad a nuestro pueblo.
Gracias.

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