
Minutos después de las 9:30 de la mañana (hora México), el electo presidente Luis Arce arribaba a la emblemática Plaza Murillo donde era recibido por edecanes militares,
parlamentarios de pórtico e integrantes de organizaciones sociales y militantes del Movimiento al Socialismo (MAS).
Miles de personas en las inmediaciones de la plaza esperaban al presidente constitucional coreando “¡Lucho, Lucho!”. Llegado el momento ya al interior de Congreso y con su con
la mano derecha sobre el corazón, el Presidente Luis Arce juró “por la Patria, por los próceres de la independencia, por la Madre Tierra”, y llamativamente, “por los dioses de
nuestros ancestros, por nuestras hermanas y hermanos que dieron la vida por la democracia”.
De esta forma se daba inicio a una nueva etapa de la democracia en el país altiplánico: “Este 8 de noviembre iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todas y para todos, sin discriminación -manifestaba en su discurso un presidente, visiblemente emocionado-.
Minutos mas tarde en su escribió Arce en su cuenta de Twitter “Bolivia inicia un nuevo tiempo. Agradecemos a las bolivianas y bolivianos que desde todo el país nos
acompañan en la asunción del mando presidencial junto a muchas delegaciones extranjeras”.

Entre estas delegaciones destacaron Argentina con la presencia de su presidente Alberto Fernández, Chile representado por su canciller Andrés Allamand, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Francisco Bustillo, el vicepresidente segundo de España, Pablo Iglesias, Iván Duque, mandatario de Colombia, el rey de España Felipe VI y una nutrida delegación China, quienes se sumaron a invitados de más de 40 países; también entre las
organizaciones sociales que asistieron al traspaso figuran la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador; y el Consejo Americano de Pueblos Indígenas de Canadá y también representantes del pueblo Maya K’iche de Guatemala, Convergencia Social–Frente Amplio de Chile, y otras comitivas de Perú, Venezuela, Panamá, México,
Argentina, Colombia, Honduras, Argelia, Marruecos, Suiza, Unión Europea, Rusia y Brasil.
Justo un año después de la caída del mandatario Evo Morales, es ministro de economía y finanzas, Luis Arce quien asume como nuevo presidente de Bolivia prometiendo un gobierno inclusivo “para todos y todas”, un gobierno cuyo gran desafío será el cerrar las heridas políticas del quiebre institucional y superar la grave crisis económica producto de
la pandemia. Arce sucedió a la mandataria interina derechista Jeanine Áñez para un periodo de cinco años, lo que marcó el retorno al poder del Movimiento al Socialismo (MAS).
La ceremonia de traspaso se realizó en unas engalanadas instalaciones del Congreso boliviano siguiendo la tradición democrática y los aires ancestrales del Estado Plurinacional; tras su juramentación, el flamante mandatario se dirigió caminando al Palacio Quemado, la sede de gobierno, situado en diagonal al edificio del Legislativo, vitoreado por cientos de
adherentes que llevaban las intermediaciones de la Plaza Murillo.
¿Quién es Luis Arce?
Es un economista de 57 años, estudió en la estatal Universidad Mayor de San Andrés en La Paz e hizo una maestría en la universidad británica de Warwick, trabajó durante 18 años
en el Banco Central, donde ocupó diversos cargos, y fue ministro de Economía y Finanzas casi todo el periodo de Morales, con una pausa de 18 meses. Un hombre cuyo perfil es abiertamente más tecnócrata que político, de trato amable y calmo, docente universitario y profesor visitante en numerosos cursos de universidades de Bolivia, Estados Unidos y otros países de América Latina, entre ellas Harvard, Columbia y la Universidad de Buenos Aires.
Fue bajo el mandato de Morales, que la dupla Morales y Arce lograrían el milagro económico boliviano, elevando su Producto Interno Bruto (PIB) de 9.500 millones de dólares anuales a 40.800 millones y reduciendo la pobreza del 60% a 37%, según datos oficiales e internacionales.
Hoy Bolivia camina hacia nuevos horizontes y grandes desafíos en lo político y económico, la pacificación de los ánimos internos y recuperar la senda del crecimiento. Al respecto el flamante presidente preciso:
“Tenemos grandes proyectos que vamos a poner en marcha en los próximos meses. Nuestra patria hoy más que nunca requiere sincronización entre sector público y privado”,
agregó. “Nos vamos a enfocar a un solo objetivo: el vivir bien de todos los bolivianos”.
Y en referencia a su agenda en el escenario internacional, Arce afirmó que la intención de su gobierno es «trabajar para un mundo multipolar y cooperante; Asumimos hoy más que
nunca la igualdad de los pueblos y apostamos por una integración emancipadora”, dijo.
Desde La Paz Bolivia.